Análisis

aNA SOFÍA PÉREZ- BUSTAMANTE

Malamente, muy mal

Me aburren los zombies. Y no porque no visualice lo que son: me basta ver a los políticos para hacerme una idea. Yo votaré cuando me llegue el día, pero no me hago ilusiones. Debería rebelarme, pero no tengo espíritu de liderazgo y no tengo ganas de emoción. Me doblego y me conformo. Mal.

Hace pocos días, cuando iba a ducharme, descubrí que por el sumidero se me había llenado la placa de ducha de tierra. Y apenas ayer en ese terrario indeseable descubrí un montón de gente pequeñita con una bandera: Viva Gibraltar libre, decían los seres diminutos. ¿Cómo puede haber llegado esta gentucilla a mi casa?, preguntéme. Pero han llegado y aquí están. De primeras una tiende a ser una persona educada. "How do you do?". Díjeles. Pero ellos no me contestaron. Y allí están, en mi bañera, creciendo y multiplicándose, como manda Yavéh. Como si nada hubiera que se lo impidiese (porque yo no se lo impido). Gibraltar es una colonia y la Unión Europea lo acaba de (re)conocer. Los veo ahí, usando mi agua y mi jabón y no les digo nada. Los veo ahí rellenando de tierra el mar que no es suyo. Hay una avanzadilla de pequeña gente que ha llegado hasta mi nevera. Se comen mis yogures, mis huevos y mi jamón de pavo. No me parece bien, pero soy posmoderna y apocada. Qué podría decir yo que no sonara mal, o que sonara bien. Yo vivo perseguida por la sombra del neocolonialismo. Yo pienso en la conquista de América y me siento culpable. Yo me siento muy mal. Yo creo que padezco de auto-odio, que es esa sensación que tenemos tantos españoles de haber pecado contra la humanidad. Aunque aquello fuera hace mucho tiempo y uno sea un infeliz insolvente que ni pincha ni corta ni va a llegar nunca a nada. Aunque todos hayan hecho siempre que pudieron lo mismo, y mucho más. Estoy aburrida de ser culpable y española. A partir de mañana creo que me voy a desatar: a ser responsable y a pedir responsabilidades. Me estoy poniendo de los nervios y no me siento bien. Malamente, me estoy sintiendo mal. Y por si fuera poco, una peluquera loca me ha convertido en pelirroja. Hay días en que no debería amanecer.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios