Ayer, cuando salí a la compra, algo triste y mohíno por avatares tristes, saludé a Jesús García, de alimentación Jesús, quien me da noticias siempre de los maitinalieros perdidos. Entonces, oh manes, apareció con mascarilla obligatoria y no a barba alzada, como antaño, el gran Rodríguez Pájaro. Recuerden, el que tiene el libro, único, donde lo que no viene, no existe. Y dice que en el libro viene Don Juan García Cubillana y que está de acuerdo en que le pongan una Calle. Yo le afirmo que Maitinalia también la solicita.

Se quejaba de la disolución de las tertulias, y de que el Ayuntamiento no le paga una ayuda, como siempre. Ante la falta de temas interesantes, le comento una frase suya: La Isla, que es… peor que África, suelta y sonríe. Ah, viejos tiempos perdidos como las baladas, ballade des dames du temps jadis?

¿Y tú cómo estás? Me pregunta. Agitado por el dolor. Ese conato antiguo de la vida. Me voy. No me gusta angustiar a los amigos.

No he recorrido ni cincuenta pasos cuando atisbo a Manolito Correos. Recuerden, el extremista de izquierdas que echaron por extremista de su partido extremo. Surreal pero cierto. Muy de la Isla. Me cuenta que en la acera de correos alguien o algo ha cambiado el sentido de la cola y que se forman unos pitotes entre contribuyentes, que no veas. También le echa las culpas al excmo. Me llama Sisita para tomar café. En el mercado de San Antonio. Nos saludamos y aparece, fugaz estrella itinerante, el profesor Vázquez Bermúdez. Me platica, ojú oe, fugazmente que está investigando la obra de Abd-al-Malik ibn Idris y de Ibn Darray quienes celebraron en un poema el aniquilamiento de Shant Yakub. ¿Santiago? Yes.

Sisita calla. Sisita cuando oye lo que oye y sabe lo que sabe pone dientes de conejo. En tres segundos aparece Melchor que ha ido a por el pan. Ni ecologética ni ná. Ha abandonado el campo que sólo da matojos. ¿No habrá ningún laboratorio que investigue que parte del genoma de esas plantas las hace crecer dónde y cómo sea? No creo que les interese. Ni eternas ni limpias de plagas. Eso no da dinero. Los laboratorios dan becas y euros sólo para ganar más dinero. Lirondo de Laranga sostiene que es una teoría que como toda teoría es subjetiva porque le falta siempre el ciento por ciento de comprobación. Les digo.

No hay ofensas viejas ni tiempos nuevos. Arguye Sisita. El Juan Carlos Carrillo no congrúa con nadie. Unas leves líneas tenues en fb, y se pierde en un vacío ingenuo. Lirondo de Laranga tuvo otra novia que sólo quería yacer sobre lechos de rosas sin espinas. Lirondo de Laranga la dejó cuando la encontró dramaturgizando y traduciendo el Cullebotatorium confratriarum, para adaptarlo a las pértigas y desfiles de la Isla. ¿El volteo de las cofradías? Prefiero a la de la nalga de madera, que no pierde el culo con las témporas.

Como el café se llena de gente que no deja tertuliar ni sisitear, -pulgas mordiendo pulgas sobra las propias pulgas-, Sisita and ego, levantamos el sitio mientras me cuenta que la paran por la calle para decirle que si ella, está rellenando el artículo de otro, ¿por qué no escribe ella?

La gente de la Isla es encarcavinatoria, cinemocordia y glotónima… La mayoría tiene cola de mono en el abstracto del alma y no concibe vida mejor que su vida. Nadie sabe por qué es así ni cuando dejará de serlo. Yo me retiro porque tengo la cruz de guía en la calle, los faroles también y los primeros penitentes, pero como la procesión va por dentro no hay alegría que no ocupe una lágrima. Qué callado estás, dice Sisita. Amén.

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