Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Vaya por delante que tengo hijas y nietas y, por tanto, toda valoración que pueda hacer necesariamente es teniéndola a ellas como sagradas. No hay nada que pudiera dolerme tanto como cualquier ofensa o daño que a ellas les pudiera acontecer, tanto física como mental. Y por ampliación o extrapolación igualmente me duele y me sulfura cualquier hecho en el que un macho, por ser macho, pueda dañar a cualquier mujer, aunque sea por un cafre en Etiopía.

Pero dicho esto, no entiendo, me sulfura y me da telele que continuamente se fustigue al varón, genéricamente hablando, como troglodita y abusador. Cualquier comportamiento que signifique remotamente prevalencia del hombre sobre la mujer origina réplica y es tachado de machismo. A veces tendría uno que ocultar su condición con minifalda y la cara pintá. Ahí van dos ejemplos. Uno y una se acercan a una puerta, él galantemente le cede el paso y ella entra, pero le dice iracunda "¡machista!", a lo que él le contesta "¡gilipollas!". Y otro: ante una ventanilla el funcionario le pregunta a la mujer: "¿Señora o señorita?" A lo que le responde ella: "¿A usted qué le importa?" Sin comentarios.

¿Y los piropos? De toda la vida se distingue lo que es una burrada y una exclamación admirativa. Decir un piropo a una mujer con educación y respeto no es machismo, es una galantería. Es lo mismo que dejarle la derecha al pasar o el asiento en el autobús. Por supuesto que no me refiero al abuso de las extralimitaciones en los lugares de convivencia. Pero leyendo la prensa, parece que en todo el mundo se prodiga como una costumbre execrable el mangoneo de ellos sobre ellas. Y a veces las denuncias se remontan hasta diez años atrás. Y no digamos palabras mayores, léase quebrantamientos físicos, por decirlo finamente. De sopetón el denunciado va al chiquero, sea verdad o no sea verdad, simplemente por la denuncia.

Es verdad que las féminas han sufrido durante siglos barbaridades sin número y muchas veces en silencio, porque la llave de la alacena la tenía él o porque siempre les tocaba callarse "que es mejor" como les aconsejaban. Pero no se debe pasar al otro extremo, que da la sensación que todo el mundo practica la violencia de género.

P/D Aunque una leona le pueda a un león, ordinariamente el macho es más fuerte físicamente que la hembra, al menos en la especie humana. Debe haber equiparación total entre uno y otra, menos en lo concerniente a la fuerza física.

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