Según con quien hables en la dirección del PP, te dice que la comisión parlamentaria servirá para investigar las actuaciones del Gobierno en la lucha contra el coronavirus o que la prioridad es alcanzar medidas económicas para la supervivencia de empresas grandes, medianas y pequeñas, así como el mantenimiento del empleo; pero que, al mismo tiempo que se pactan acuerdos, saldrán las actuaciones fallidas y contradictorias del Ejecutivo.

En conclusión, que en la comisión por la que clamaba Pablo Casado vamos a ver de todo: acuerdos económicos y de empleo, pero también tomar iniciativas para que la familia sanitaria disponga de los medios necesarios para luchar contra la pandemia una vez superemos esta crisis.

Es el principal problema. Los médicos, enfermeras y el personal sanitario han dado el do de pecho demostrando que están entre los mejores del mundo, pero una pésima gestión del Gobierno ha hecho mella en su trabajo y en sus vidas, y el déficit de medios ha tenido mucho que ver con laas muertes de sus pacientes. El esfuerzo ha sido ímprobo, pero cuando no hay camas suficientes, UCI, test a todo el mundo, material técnico y ropa sanitaria adecuados... la única manera de que un afectado supere su situación es el milagro. Que ha habido muchos, gracias precisamente a la calidad de nuestra sanidad, a su capacidad de improvisación ante la adversidad y a la ayuda inconmensurable de las fuerzas de seguridad del Estado, al Ejército y a otros muchos sectores profesionales.

La comisión dará juego político pero importa que sea eficaz, por lo que cada partido incluirá en ella a los mejores. Es probable que aparezcan tensiones entre PSOE y Podemos, porque cada iniciativa deberá aprobarse individualmente, nada de mesas como la que pretendían Sánchez e Iglesias, en las que esperaban imponer su criterio. Una comisión puede llamar a expertos para que den opinión y presenten sugerencias, además de representantes sindicales y empresariales. Sin límite de tiempo, nada de una mesa con acuerdo antes de julio como quería Sánchez. Se analizará todo... incluido lo que ha hecho el Ejecutivo hasta ahora.

El trabajo será con luz y taquígrafos, como en cualquier comisión. Nada de redes sociales para crear opinión o dar la palabra a medios de comunicación irrelevantes para que los más influyentes no formulen preguntas incómodas al Gobierno. Imposible prever lo que pueda aprobarse en esa comisión con todos los partidos, pero seguro que será algo más serio que lo que saldría de una mesa controlada por un Gobierno que ha demostrado sobradamente sectarismo e incapacidad.

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