Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Larga cambiada

Mila Alarcón

malarcon@diariodecadiz.com

Luz al final del túnel

La semana pasada fui al teatro Pedro Muñoz Seca a ver El sermón del bufón, el ensayo-monólogo protagonizado por Albert Boadella con el que el teatro municipal inauguraba su temporada otoñal. Aunque no suelo seguir la programación teatral local -ya que muchas veces me resulta un tanto casposa- esta vez pesaba más el nombre de una historia viva del teatro de la que he escuchado hablar cientos de veces en el colegio y la universidad. Sé que esto de comenzar una columna hablando de algo que ocurrió hace siete días no tiene mucho sentido en esto del periodismo -especialmente ahora, cuando la inmediatez y la primicia imponen su tiranía en los tiempos digitales-; pero no puedo evitar rememorar y compartir el buen sabor de boca que llevo relamiendo toda la semana.

Mientras el sábado estaba allí sentada, inmersa en la oscuridad del patio de butacas, vi el futuro más claro que nunca. Por primera vez en mucho tiempo sentí que El Puerto, a través de la cultura, volvía a estar en sintonía con el resto del mundo. Durante la hora y cuarenta minuto que duró la obra, no eché de menos ni por un momento mis años en Sevilla, ni tampoco los de Madrid. Tampoco envidiaba a la gente de Barcelona. No me hacía falta. Desde el escenario del teatro de mi ciudad se estaba representado una de las obras más comentadas del panorama actual del teatro. Los limpísimos movimientos mímicos de Boadella daban vida aquí, en este rincón del sur que muchas veces parece que ha quedado olvidado, a temas tan importantes como la independencia catalana. Si esto ha sido posible. ¿Por qué no iba a volver el centro a tener la vida que ha perdido? ¿Por qué la ciudad no va a poder dejar de lado el turismo de botellón y volver a convertirse en uno de los centros de viajeros más importante de la Bahía?

Cuando acabó la obra me quedé un rato agazapada en la entrada mirando la cartelera y descubrí que sólo era el principio. Próximamente otros nombres, como el de Aitana Sánchez Gijón, volverán a poner en órbita a El Puerto con La vuelta de Nora (casa de muñecas 2), una obra gracias a la que El Puerto vivirá casi un estreno. Aunque parezca que no, siempre hay luz al final del túnel. Tan sólo hay que saber verla. 

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