Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Escribí esto, mientras esperaba, en una silla de hospital, el nacimiento de mi última nieta. Era noche con cambio de luna. Noche con incertidumbres, en la que cuando pasan los padres a paritorio rebrotan, sin testigos, los miedos ocultos a que algo no salga bien. Miedos, más indisimulables por parte de la otra abuela. Es su hija quien va a parir y, por más que se implique mi hijo, no es lo mismo.

Sin embargo, en nuestras bocas de adultos, y hasta el mismo momento de entrar en la sala de partos, nos toca parecer fuertes. Dar seguridad a los nuevos padres y todo lo que sale al aire, siempre son mensajes tranquilizadores, teñidos de palabras positivas y de esperanzas.

Una hora, otra, y muchas más. Y miras al Cielo y gritas en silencio -por respetar a quién prefiera otros credos, o no tenga ninguno- qué es lo que está esperando para que se haga su voluntad, pero espero, suplico y necesito que, en esa voluntad, se encuentre la oportunidad de vivir para los niños que nacerán esa noche. No sabría pedir por mi nieta sin pensar en esos otros abuelos que aguardan impacientes como yo. Aunque no los conozca de nada y apenas nos crucemos un buenas noches.

Hay una verdad común a la sala: estamos deseando verlos ya. Ellos serán, esa mezclilla de continuidad genética y de futuro. Al fin aparece. Única. Tan única como todos los bebes que nacen cada día.

Cuando, por fin, la cojo en brazos, me gustaría ser un pulpo con lápices, capaz de escribir todos y cada uno de los sentimientos que se agolpan dentro. Sin embargo, ni con todos los brazos de un pulpo, sería capaz de describir estos instantes. La veo y me la aprendo de memoria. Tan fuerte y tan frágil. Tan poderosa y, tan dependiente de sus padres. Qué milagro es la vida. Cuanta ternura despiertan los niños.

Me es inevitable pensar en esas otras criaturas que, por nacer en lugares desventajados, al sur del sur, no van a tener sus mismas posibilidades. Necesitamos hacer del mundo un lugar más justo.

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