Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Escasamente hace cuarenta y ocho horas que se ha conmemorado el Día Mundial del Libro, acontecimiento que se viene celebrando cada 23 de abril desde que la UNESCO lo designara para dispensar una merecida consideración mundial a los libros y a los literatos que los hacen posibles, exhortando al mismo tiempo a los más jóvenes y a la población en general a dejarse sorprender con el encanto de la lectura. Ciertamente estamos en una semana de libros y rosas. Ya se expresó muy clarividentemente nuestro Miguel de Cervantes cuando dejó escrito aquello de que en algún lugar de un libro hay una frase esperándonos, para darle un sentido a nuestra existencia.

La leyenda señala que de la sangre del dragón que murió a manos de San Jorge nació un rosal de rosas rojas, de donde parte la usanza de regalar rosas y libros por su festividad en distintas Comunidades Autónomas españolas y de otras partes del mundo.

Desde tiempo inmemorial la alegoría de la rosa es tan reconocible por el ser humano como la del propio fuego. El color rojo subyuga y ha subyugado en todas las culturas por su fuerza, por su acción, por su emprendimiento y por su pasión en todo lo que promueve.

En setenta y dos horas, este domingo que ya nos espera a la vuelta de las siete esquinas, estarán en nuestras manos las papeletas con los votos que van a marcar el destino de nuestro país para, en principio, los próximos cuatro años. Será una vez más la máxima expresión de la democracia, esa con la que ahora algunos aprovechando que el Guadalete pasa por El Puerto querrán hacernos ingerir sus medias verdades entre marañas de banderas, brazos en alto y sombreros de señoritos consumiéndose al querer habitar sus propias sombras, como muy bien dejó expresado negro sobre blanco el poeta y ensayista José Ángel Valente.

Y hablando de rosas, ya lo sentenció también nuestro Premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez, en el poema más breve que escribió a lo largo de su enriquecedora trayectoria literaria: ¡No le toques ya más, / que así es la rosa! Tal vez no todas nos gusten, pero siguen siendo bellas a pesar de sus defectos. Tomen nota.

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