Liberar Camposoto

Camposoto vuelve a ser noticia por los vaivenes posturales de los partidos políticos

Reconozco que vivo en una isla aparte de en La Isla. Mi privada isla, como si fuera Idaho, está alejada de muchas mediocridades aunque a veces alguna rezonga junto a la ventana de La Isla, que es un panel azulado con manchas de nube. Ese robinsoncrusoísmo llamado trabajo me hace pasear poco las arenas de Camposoto, esa playa que va y viene en la que Hércules domó a sus leones, la lengua de tierra que nos contagia de hipocondría a poco que nos sentemos un rato a ver pasar el oleaje. Vaya veranito sin arena, ni playa, ni Cactus Jack, nos han dejado el temporal y la respuesta, quizá tardía, que dieron las administraciones al problema, pero lo cierto es que aun siendo diligentes, la playa del Castillo, como la llaman y se llama, es un problema constante.

Para mí es uno de los principales activos económicos que tiene San Fernando, no en vano es la playa hermana de La Barrosa y Sancti Petri: arena semi-virgen extra pura de oliva, posibilidad de actividades deportivas y turísticas, un castillo maravilloso y mágico, paseos por atractivos senderos y chiringuitos de buen yantar. Claro, nos faltan los hoteles de lujo que atestan la costa chiclanera. Y los centenares de miles de visitantes extranjeros. Quisiera yo conocer cómo la Ley de Costa se aplicó y aplica de un modo u otro en función del color del gobierno de dos localidades vecinas. Miento: prefiero no saberlo.

Lo cierto es que las playas de San Fernando están en el punto de mira y no porque hayan encontrado enterrados en sus arenas los restos cuadriculados del periodista Khashoggi, ni porque Pedro Sánchez haya donado sangre en el puesto de la Cruz Roja, ni tampoco ha venido un jeque árabe a hacer cursos de Kayak, ni Juana Rivas ha escondido a sus hijos en los búnkeres de la Punta del Boquerón. Camposoto vuelve a ser noticia, una vez más, por los vaivenes posturales que los partidos políticos esgrimen aquí y/o en Madrid.

Tienen razón Juan Antonio Delgado y Fran Romero -que para mayúscula sorpresa de todos ha anunciado que se volverá a presentar a la Alcaldía de San Fernando- cuando denuncian que hay partidos que defienden La Isla en La Isla y luego bajan la cabeza en las comisiones de Defensa en Madrid. PSOE y Ciudadanos se han abstenido en el Congreso ante la propuesta de Podemos de fijar en seis meses el plazo para que el Ejército de Tierra libere el kilómetro de tierra que los cursis llaman los terrenos afectos de Camposoto.

Esto no trata de ser pacifista o belicista, ecologista u hostelero, sino de ser leal a los isleños que han depositado su confianza (léase voto) en ti. La playa de La Isla está infrautilizada, carece de atractivo turístico y gancho publicitario, el temporal ha impedido la ejecución de las obras del paseo marítimo previstas, el castillo se explota desde los amarres de Chiclana y los chiringuitos cierran de noche. Queremos ese kilómetro extra, por supuesto, pero, dicho lo cual, ¿se están haciendo las cosas bien?

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