Cuentan las viejas leyendas que al Sabio Rey fue a quien se le apareció, gracias a su Hijo, eran tiempos de pluma de ganso y papiro, pues de haber existido el Facebook, verde le hubieren puesto. Aun así, fue al León Castellano al que se le ocurrió, y si bien Santa María del Puerto dio origen a toda una leyenda, no resulta menos curioso que en la lucha contra el Infiel, fuera precisamente una morena, la que reinara sobre las almenas. Desde tiempos tan lejanos a hoy, y para despedir el verano, las calles se tiñen de sal, huelen a verde, saben a nardo e incienso, y Ella, se pasea recorriendo las calles. Cada momento ha tenido su particularidad, y las injerencias entre pueblo e Iglesia, han dado lugar a roces, acuerdos y diferencias, y hoy, por no perder tan santa tradición, el debate se centra en la distancia, la mascarilla y si puerta adentro, puerta afuera. NO hay dudas, y es un hecho que Ella solo se asomará a la puerta, la Señora mas que leona, será castillo, y la polémica estará servida. Siempre serán los más, los que eludiendo discusiones acatarán la voluntad de quienes esclavos son, más… y precisamente los que presumen de la falta de fe, lideraran santa cruzada en pos de la seguridad. Criticarán que no salga con la misma saña que criticarían que salga, si no sale es absurdo hacer fiestas patronales, pero si sale es absurdo el despilfarro. Unos pocos, los de siempre, criticaran sobre todo a quien no decide, pero si en verdad decidiera, será criticado por decidir sobre algo que solo compete a la Iglesia. Mientras, desde el Altar, ella sonreirá, son ya muchos siglos de debates, de luchas, de críticas, y de rezos a escondidas cuando nadie los ve. Y así, un año más, el mayor ejemplo de integración, de respeto hacia otros colores y de lección de vida, volverá a ser el centro de atención de miradas, criticas y sonrisas veladas. Sparring de lucha de poderes, en donde cada cual, por libre, dará golpes absurdos contra el vacío, su Iglesia con sus restricciones, la nuestra con sus tibiezas, sus hijos con sus temores, sus díscolos con sus rezos en forma de sesuda critica de profunda lógica absurda y timorata. Y es que, los años no pasan por Ella, y somos tantos los que hemos tomado partido y decisiones, tantos los que hemos orado de forma ortodoxa o poco ortodoxa, que jamás pasa un día sin que Ella sonría, a sabiendas, con su experiencia, que el año que vine, habrá mas de lo mismo o de lo otro.

                              VIVA LA VIRGEN DE LOS MILAGROS.

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