Del Kichi y del Cala

Habrá quien diga que Kichi ha pedido perdón y pagado la multa porque lo pillaron, regalándose una campaña publicitaria. También habrá quién crea que Diakhaby se hizo la víctima y ha sobreactuado la ofensa para poner a Cala en serios aprietos

Ha habido dos noticias estos últimos días que me han llamado la atención y me gustaría hablar sobre ellas. La primera fue la aparición de una fotografía donde se veía a José María González, Kichi, sentado en una terraza exterior, en una mesa, trajeado y con la mascarilla bajada. Debo confesar que, en realidad, no vi la instantánea sino el comunicado que publicó el alcalde de Cádiz en sus redes sociales. En él, Kichi aclaraba que estaba sentado con otras cinco personas y apareció una sexta que incrementó el número de contertulios no convivientes a siete, lo que excedía lo permitido por la ley. Antes que cualquier otra cosa, JMG pidió perdón. Es importante este hecho, lo haga un Borbón caído en desgracia o un profesor de historia en excedencia. Se está perdiendo lo de pedir perdón, y es una pena. Es de agradecer, además, que esa solicitud venga acompañada, además, de un retrato. Kichi ha anunciado también que abonará voluntariamente una multa por su acción y ha pedido que no se sancione al local donde se hallaba la comitiva. Debo decir que ello honra a José María, quien prometió que no repetiría como alcaldable al finalizar su mandato, pasado mañana. Una única pega, eso sí, rizando el rizo: hubiera agradecido que los otros seis individuos pasaran por caja pero, bueno, esto es España. Démonos la paz con un canto en los dientes.

Volviendo al tema del perdón quiero acudir a un episodio truculento ocurrido en el último partido de liga disputado entre el Valencia y el Cádiz en el que un jugador valencianista, Mouctar Diakhaby, acusó al cadista Juan Cala de haberle insultado diciéndole "negro de mierda". Rápidamente todo el mundo corrió a arrojarse cuerpo a tierra en sus trincheras ideológicas. Unos, alegaron que el amarillo es un racista y habría que enterrarlo en Cala viva. Otros, contestaron que habría que acudir a la presunción de inocencia y no cargar las tintas negras sobre el blanco de todos los focos.

Y así llevamos tres o cuatro jornadas. La cosa ha ido a mayores, con vídeos de apoyo, ruedas de prensa, opiniones dispares, invitaciones a hablar y titulares rocambolescos. Hasta dos ministerios han tomado cartas en el asunto para defender a la "víctima". Negro pinta el futuro del jugador del Cádiz, que ha sido juzgado y sentenciado cautelarmente por la justicia menos justa del mundo e incluso por algunos que enseñan lo que no comparten: el respeto a los derechos constitucionales.

Habrá quien diga que Kichi ha pedido perdón y pagado la multa porque lo pillaron, regalándose una campaña publicitaria. También habrá quién crea que Diakhaby se hizo la víctima y ha sobreactuado la ofensa para poner a Cala en serios aprietos. Yo voy a darles una opinión impopular y no voy a pedir perdón por ello, aunque quizá sea multado o sancionado. Creo que el alcalde de Cádiz no se presentará a la reelección y que será sustituido por la edil Lola Cazalilla (aunque fuentes bien informadas afirman que la alcaldable será Teresa Rodríguez) y que los jugadores del Cádiz conseguirán con mucho sufrimiento mantenerse en Primera aunque para ello tendrán que trabajar como negros. Y Juan Cala, el primero.

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