Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Todos hemos visto películas en las que sicarios o policías corruptos meten droga en el coche o en la casa de personas que se interponen en sus planes delictivos. Pues no es sólo ficción, desgraciadamente ha pasado aquí, en un pequeño y tranquilo pueblo de la sierra de Cádiz. Es de lo más inquietante.

Con la burbuja inmobiliaria en estado latente, parece que la compra de grandes fincas forestales se ha convertido en una forma de blanquear dinero negro. En este país nunca se han pedido explicaciones a las inversiones extranjeras, nunca se investiga el origen del dinero que fluye por las venas de nuestra economía. Y así nos va. Además, en estos grandes latifundios, con escasa supervisión, se puede realizar todo tipo de negocios. Versión local de la Escopeta Nacional. Para ello es necesario bunkerizar las fincas, cerrando todos los caminos públicos, contando con la complicidad -por acción u omisión- de las administraciones que deberían garantizar la conservación de este patrimonio público.

Es inquietante que cuando unos ciudadanos defienden los caminos públicos y denuncian actuaciones ilegales en estos grandes latifundios, reciban todo tipo de amenazas. Y también es inquietante que los responsables públicos, incluidos miembros de las fueras de seguridad, que deberían velar por los derechos de los ciudadanos, o no hagan nada, o den cobertura a los propietarios de fincas que usurpan terrenos que son de todos.

Lo más inquietante ha sido el uso de la droga como arma contra los activistas que defienden los bienes públicos. La trama que se está desvelando rápidamente incluye todos los ingredientes de una mala novela negra; lo malo es que ha sido real, y algunos la hemos sufrido a lo bestia. Ha quedado claro que en la sierra hay gente que maneja grandes cantidades de droga, que tienen suficiente poder y falta de escrúpulos para utilizarla como arma contra los que se interponen en sus planes, y que utilizan sicarios al más puro estilo mafioso. Todo muy inquietante.

Si no se actúa con contundencia contra los autores e instigadores de esta trama mafiosa, este método infame para destruir la credibilidad de activistas sociales puede volver a utilizarse, quién sabe si contra alcaldes, funcionarios o guardias civiles honestos y molestos. La veda se ha abierto.

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