Injusto

Escribí del islote desolado de Sancti-Petri quedándome en la superficie, no tuve en cuenta el daño que la pandemia ha hecho y sigue haciendo a las empresas

Tengo por dentro que no he sido muy justo el otro día. Escribí del islote desolado de Sancti-Petri quedándome en la superficie, no tuve en cuenta el daño que la pandemia ha hecho y sigue haciendo a las empresas. Y quienes tienen (creo) un "precario" con el Ayuntamiento de San Fernando para la explotación turística del llamado Castillo de Sancti-Petri llevaban todo el tiempo de la pandemia si poder llegarse hasta allí, levantar la baraja que todo negocio necesita. Pero me sobrepongo enseguida del escrúpulo: si esto es sabido ¿qué ha ocurrido para que las ayudas no hayan llegado inmediatamente? El bien superior a proteger, el propio islote con sus construcciones y la reflexión sobre sus activos, no puede entrar en el “precario” por el cual unos empresarios han apostado por la explotación del potencial turístico, innegable, del Castillo de Sancti-Petri. Habidos ha habido que me han dicho, con la intención aviesa y correspondiente, que me faltó poner en mi pinsapar que si el islote fuera de Chiclana no estaría en el estado en el que lo encontré días pasados. Lo cuento no por molestar, porque así está esto. Los modos de ejercer la crítica van en todas las direcciones. Yo, desde luego, creo que fui injusto, en cierta medida. Lo que dije era verdad, el islote de Sancti-Petri por el que tanto luchó San Fernando, no estaba en las condiciones necesarias para que allí hubiera negocio y futuro y presente. El tiempo de la pandemia cayó sobre el islote sin misericordia. Del mismo modo que, lo sabes, sobre un sinfín de empresas que ahora pedalean la cuesta arriba bajo el sol para encontrar un llano por el que deslizarse hacia la normalidad. Sí, me faltó esa arista, vi el tiempo perdido de la pandemia, las dificultades de ahora mismo, pero el vigilante no vigiló, el responsable no se responsabilizó, con el resultado que vi con mis propios ojos. Porque ese más que trimilenario enclave tiene mucho que hablar, es un atractivo extraordinario (como pudieron ver los que presenciaron en FITUR el bonito vídeo promocional que llevó la alcaldesa).

El "castillo" es un enclave de generación de riqueza y empleo, y hay quien lo ha visto. Tira de una industria de transportar desde el poblado o desde Gallineras, no se olviden de este enclave porque generaría un foco económico notable en nuestra ciudad, y eso es sí o sí, no debe depender de un precario ni de un mirar para otro lado porque yo no tengo culpa. Es irrenunciable que este mecanismo esté bien engrasado y en la mejor sincronía con las sinergias (utilicemos el lenguaje de los políticos). Decía, el transporte y el objetivo final de todo el periplo. Llegar a un islote perfectamente preparado para esta dura competición que es el turismo. Donde no se regala nada. Y en donde está el prestigio de nuestra ciudad.

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