Análisis

Rafael Lara y Diego Boza

Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía

Hoy es el día de los derechos humanos

Defenderlos en Cádiz es defender a Ana: sus hijos y sus nietos viven en una casa que se cae

Hay rituales de primera y segunda. Algunos acaparan la atención de los grandes medios de comunicación y la clase política, que siempre, en esos rituales de primera, se cree obligada a manifestarse. Otros son de segunda, más desapercibidos no concitan el interés de medios ni de políticos. Uno de estos rituales de segunda es la conmemoración de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que se celebra el 10 de diciembre.

En este ritual los grandes medios dedican una atención de páginas interiores y los políticos responsables de inhumanas políticas, no se ven obligados a decir nada. Quizás porque nada tengan que decir. Pero al fin y al cabo de rituales se trata a veces. Porque corremos el riesgo de convertir a los Derechos Humanos en uno de esos significantes vacíos de los que tanto se habla ahora, un concepto para el debate y análisis. De los que todo el mundo habla e incluso apoya, pero de forma abstracta sin más significado para su acción política y la vida real… Pero realmente los Derechos Humanos van más allá de declaraciones y textos legales y que no se convierten en realidad. Porque los derechos y sobre todo sus vulneraciones no se escriben sobre un papel sino que se viven en la piel.

Defender los Derechos Humanos en Cádiz es defender a Ana: sus hijos y sus nietos que viven en una casa que se cae, reivindicar a la Junta de Andalucía una política para acabar con la infravivienda en la ciudad. Por ellos y por los más de 6.000 gaditanos y gaditanas que solicitan una vivienda, más de la mitad con ingresos por debajo del Salario Mínimo Interprofesional.

Defender los derechos humanos es recordar a Pedro y exigir al Ayuntamiento que ponga los medios suficientes para que ninguna persona más muera en las calles de Cádiz, que nadie más duerma sin un techo en el que guarecerse.

Defender los derechos humanos es luchar porque Inma reciba las ayudas que necesita para poder subsistir mientras encuentra un trabajo; es reclamar políticas de empleo que acaben con la lacra del paro que golpea a más de 174.000 personas en nuestra provincia, más del 58% ya sin prestación-. Pero no basta, porque defender los derechos humanos es pensar en Laura o Rocío, que trabajan por poco más de 400 euros, trabajadoras, a quienes el trabajo no les permite salir de la exclusión y pobreza, es, por tanto, reclamar al Gobierno una nueva política de empleo que acabe con el subempleo, la precariedad, la falta de garantías y los trabajadores pobres.

Defender los derechos humanos es exigir que nunca más muera Rosa, quemada por una vela porque la compañía eléctrica le había cortado la luz, es reivindicar el fin de la pobreza energética y el acceso justo al agua.

Defender los derechos humanos es reclamar mejores condiciones para Ionela y el resto de trabajadoras sexuales, las prostitutas que se ven obligadas a soportar el estigma y la degradación por no poder ejercer libremente un empleo con garantías y completamente regulado.

Defender los derechos humanos es reivindicar que Carlos, que un día cometió un delito, tenga garantizada la sanidad y un trabajo justo en prisión, que allí debe recibir una formación que le posibilite la reinserción y que cuando salga cuente con el apoyo de las Administraciones Públicas para iniciar una vida que le permita alejarse por siempre de la prisión.

Defender los derechos humanos es exigir que Fátima no tenga que poner su vida en juego para escapar de la guerra o buscar un futuro mejor para ella y su familia y que una vez aquí no se vea discriminada por el racismo institucional y por el racismo social; es luchar para que cambien las políticas migratorias de esta Europa fortaleza, de esta España insolidaria.

Los Derechos Humanos tienen piel, tienen verdad. Los Derechos Humanos son la dignidad de las personas, son la lucha contra las políticas neoliberales, contra los recortes, por la educación pública, la sanidad pública. Los Derechos Humanos son, por supuesto y por encima de todo, los derechos de la mujer. Y los Derechos

Humanos son, sobre todo, un grito de exigencia a los poderosos, al poder público, a los políticos para reivindicar lo que es nuestro, lo que hemos conquistado. Hoy 10 de diciembre es un buen día para recordarlo… mañana y el resto de 363 días del año son buenos para continuar.

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