Hoy, ahora

Llevan mucho queriéndonos condicionar cuando lo sencillo y natural es que uno vote lo que le dé la gana, sin más historias

Está pasando, lo estamos viviendo. Hoy, domingo. El día ha llegado. Hoy se va a dirimir aquí y allí, en Andalucía, una porción de futuro. No se trata tanto de que gane más o gane menos Juanma y Espadas, otras cosas se dirimen aunque no hablemos claramente de ello. Y van a influir mucho en lo que vaya a venir. Andalucía es muy importante, no sólo porque es el ancla de España, ni porque es la región más poblada. Porque es la nuestra, donde hemos nacido o hemos elegido para vivir. Todavía no hemos logrado separar las voces de los ecos, me temo. Si así fuera, hoy sería el día en que los andaluces hemos votado para la constitución de un parlamento que elegirá al presidente que elegirá al gobierno que nos gobernará los próximos cuatro años. Parece sencillo pero no. Salvo que no sea verdad el ay en el que estamos votando ahora mismo. Pues llevan mucho queriéndonos condicionar cuando lo sencillo y natural es que uno vote lo que le dé la gana, sin más historias. Como esa patraña de cuantas más derechas menos derechos, o esto que ha dicho ayer en el Diario el alcalde de Cádiz, que algunos, no sé si muchos en el entendimiento de Kichi, lo habían pensado, que no eran los que quemarían las iglesias. Esto de tomar prestadas de la guerra civil esas tragedias, porque en efecto quemaron las iglesias que pudieron, e hicieron otras barbaridades que no quiero decir ahora, da idea de la pobreza argumental de algunos. Por eso digo que todo va en el voto cuando lo que debería ir es qué oferta nos beneficia más como persona y como sociedad. Y qué líder nos representa más y mejor, del amplio abanico que se ha presentado a estas elecciones. Pero me sustraigo de todo esto y enfilo el domingo tórrido de hoy con un sobre en la mano que contiene la papeleta que he decidido en esta ocasión. Sabiendo, insisto, que voto más de lo que voto porque así lo ha querido Putin y el entorno turbio removido por este autócrata sanguinario que ha decidido fastidiar el mundo y debilitar, desunir y enfrentar a los europeos democráticos. No se trata, pues, de sólo Andalucía sino lo que venga luego, que ha de venir. Ahora que no votamos Generales… y andaluzas, como ha ocurrido más veces por conveniencias partidarias; ahora que podríamos y deberíamos centrarnos en lo nuestro, que es vertebrar bien Andalucía desde la solidaridad y la justicia, ahora mismo, nos hurtan esa aspiración y nos llevan a las urnas con lo que está pasando en España y en su política de deuda infinita y preocupación infinita. No obstante voy a vivirlo con la alegría de todo domingo electoral. No llevaré a los hijo de la mano a la urna, iré sin ellos porque, ellos, afortunadamente irán solos.

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