Se alza el telón de un nuevo carnaval. A pesar de llevar ya siete años en excedencia y que el viento no me ha soplado con tanta fuerza en la carita como a Martínez Ares, recuerdo a la perfección como es este primer día. Hoy empieza todo de verdad. Lo de antes es todo ojana, palabrería, sensaciones. La gente que ha ido a ver los ensayos, lo que se han reído los colegas, las palmaditas en el hombro de lo bueno que es el pasodoble o el tango. Ojana total. Hoy, cuando se abran esas malditas cortinas te la juegas. Cuando se vuelvan a cerrar sabrás si este es tu año, si estás en la pelea o si el Fantasma de El Quini abrirá la trampilla de los leones. Para mí era el peor día . El día del debut. Te juegas cinco o seis meses de ensayo. Y no te juegas premio o dinero. Te juegas tu amor propio. Mi chirigota con peor acogida fueron "Los Rebañaores de Ollas de Menudo" y en el ensayo general la gente se tiraba al suelo. Caso contrario. Los miembros del jurado fueron a ver a "Los Juancojones" del Love a un ensayo y salieron completamente defraudados. Luego ganaron el primer premio, con los puntos de esos mismo señores. Y es que en Carnaval (para las que van al Teatro, lógicamente) no hay más verdad ni más palabra que la que dicta el Falla. Lo demás es todo mentira. Yo he ido a una función que pensaba que lo íbamos a partir todo y hemos salido con una sensación de vacío. Otros días hemos ido con cosas que pensábamos más normalitas y se ha formado un lío. Esa es la grandeza de todo esto. Que cuantos más años llevas, menos entiendes como funciona este puñetero Teatro y este concurso. Precisamente eso es lo que lo hace grande. Aquí los dioses son etéreos y deben reencarnarse año tras año. Se acabaron las tonterías y las sensaciones. Empieza lo bueno. A disfrutarlo y suerte a todos.

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