Análisis

Tito Valencia

Gabilondo y el 4 de diciembre

Andalucía, con 61 diputados en Las Cortes, no va a tener voz propia en la política nacional

No ha sido un lunes cualquiera. Para nuestra ciudad fue su fiesta, la de la libertad de expresión, de la información. Libertad que nació aquí, hace ya mas de dos siglos y que luego se extendió por el mundo. Y nadie mejor para expresar esa libertad de información que un hombre que lo ha sido todo en la comunicación por la libertad. Iñaki Gabilondo, todo un señor de los medios y que, sin duda, da prestigio al premio que otorga nuestra ciudad. Uno de los grandes para recoger un premio grande. Como dice nuestra alcaldesa, hay que traer a los grandes, sin complejos, porque somos una gran ciudad y como tal hay que hacer las cosas.

Dijo Iñaki Gabilondo que la libertad de información no pertenece al periodista sino que es administrador de un derecho colectivo, el derecho de la sociedad a la libertad. En 1810 un grupo de hombres empezaron a construir los grandes sueños, dijo también el comunicador, un sueño que parecía imposible. Yo, este sueño lo quiero relacionar con las ansias de libertad que expresó el pueblo andaluz un 4 de diciembre. Era el año 1977, un día gris, cuando más de dos millones de andaluces protagonizaron la manifestación mas multitudinaria desde la República. Inesperada, sorpresiva, ilusionante. Una expresión de libertad que fue el inicio para que tres años más tarde se consiguiera la autonomía.

¿Qué queda de todo esto 42 años después? Indudable el beneficio que ha significado la descentralización para nuestra tierra. Hay que situarse en un punto y pensar de dónde y cómo veníamos y dónde hemos llegado. Pero también hay que reconocer que esta fecha ha pasado, una vez más, con más penas que gloria. Está en el olvido. No ha habido recuerdo alguno. Quizás este año menos que nunca. No tenemos un gobierno al que le interesen mucho estas manifestaciones.

Dijo Gabilondo que vivimos en la perplejidad, donde un mundo se está muriendo y otro esta naciendo. Pues bien eso está pasando en la política nacional y los andaluces no nos estamos enterando. Nos guste más o menos, estamos viviendo una política nueva, con muchos factores distintos y muchos intereses individuales. Tenemos un Parlamento fraccionado donde todos van a ser decisivos. Fíjense ustedes. Están representados los catalanes, los vascos, los valencianos, los gallegos, los canarios y hasta los de Teruel. Todos decisivos, como digo. Y todos a cambio van a conseguir un premio en inversiones para su comunidad por apoyar al gobierno. La política está así.

Andalucía la comunidad mas representativa, con 61 diputados en Las Cortes, no va a tener voz propia en la política nacional. Y esto en un serio contratiempo por las necesidades que tiene nuestra tierra. Necesitamos infraestructuras fundamentales para el desarrollo de nuestra economía. Necesitamos tener voz, que se nos escuche, que se enteren de que Andalucía también existe. Es importante reducir la desigualdad existente entre nosotros y el resto. En definitiva, que necesitamos tener voz propia, que se nos escuche en el sitio donde se toman las grandes decisiones. Es importante recobrar ese espíritu, ese derecho colectivo de libertad, como dijo Gabilondo, que el pueblo andaluz exigió un 4 de diciembre.

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