El comienzo de la competición de fútbol de la temporada 2018-2019, trae algunas novedades. Una de ellas es la creación, en la liga Iberdrola, de un nuevo grupo de Primera División B con dieciséis equipos. Realmente esta medida constituye un avance, porque el fútbol femenino no ha parado de crecer a pesar de todos los impedimentos con que se ha encontrado siempre.

En España el origen del fútbol femenino data del año 1914, con el equipo Spanish Girl's Club. La disputa del primer partido celebrada en Barcelona entre dos combinados de este club, fue muy criticada y tuvo muchos detractores en su momento, pero el fútbol femenino había comenzado un lento camino que culminaba setenta y cuatro años después con la creación de la Liga Nacional Femenina formada por nueve equipos, de los que cinco eran catalanes.

La historia internacional del fútbol femenino también es reciente. Con el nuevo siglo, en la temporada 2001-2002, se creó la Superliga Femenina, cuyo equipo campeón jugaría la entonces recién creada Copa de la UEFA Femenina.

Hasta la temporada pasada solo existía una Primera División formada por dieciséis equipos, y una Segunda División dividida en siete grupos y dos subgrupos con un total de ciento doce equipos. La creación de este otro grupo, Primera División B, constituye un nuevo e importante avance en ese fútbol que tanto ha sufrido para llegar ahí, ese fútbol que no representa solo un deporte, sino también el esfuerzo de una lucha contra una sociedad que no le aceptaba y contra una realidad que no lo dejaba ver.

El Cádiz dispone desde hace poco de un equipo femenino que comienza en breve su liga y al que desde estas líneas se le desea una gran temporada en Segunda Andaluza que concluya con el ascenso.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios