Si por algo se caracteriza cualquier evento o fiesta es por la insana satisfacción de que salga mal. Para muchos la pandemia era el momento ideal para criticar tanto la suspensión como los amagos de celebración, pero este año, para disgusto de algunos, por fin, tras la espera, la Feria del Vino Fino se celebró.

Los cohetes abrieron y cerraron la fiesta por antonomasia de esta ciudad de El Puerto de Santa María; los anuncios de que llevaba retraso quedaron atrás; los deseos de que el asfalto no estuviera arreglado quedaron en nada; la iluminación cutre que algunos esperaban brilló como siempre; la Feria se llenó, y se llenó todos los días. Las ganas de fiesta se dejaron llevar, y una vez más no fue solo una cabalgata más… pero con coches de caballo, no fueron reinas de la uva ni de la media botella montadas en carrozas, sino miles de bellas mujeres ocupando el albero, luciendo vestidos de todos los gustos y colores.

Algunos, los más, no tuvieron mas remedio que descubrirse y volver al bochornoso comentario de coletilla sobre el abandono de las charcas de la laguna de Medina, de lo mal que se gestiona el mantenimiento o la sanidad publica que gestiona el propio Ayuntamiento, porque, aun existiendo fallos, pues el ser humano no tiene el don de la perfección ni del contento general, solo cabe decir que Fiestas funciona, y que al menos, luce la gestión, que repito, jamás podrá ser del gusto del mundo mundial.

Quizás se cumpla un ciclo de fiestas, pues los actuales gobernantes, ahora en su recta final, no pudieron, muy a su pesar, celebrar nada con normalidad. En base a ello, y siendo la primera feria, entiendo que el voto de confianza, la demostración de que sí se puede, y sobre todo la implicación y las ganas, han quedado mas que patentes.

Hoy levanto mi copa, la levanto por todos aquellos que han hecho posible que la Feria del Vino Fino cumpla su objetivo, que para cada cual tiene sus fines. Levanto mi copa por quienes limpiaron nuestras miserias tras nuestro paso por el Real, por los que repusieron las faltas en botelleros y vitrinas, por los que velaron por la seguridad, por los protagonistas del evento… nosotros, todos nosotros. Levanto mi copa por los años en Las Banderas, por su cartel, por la instalación, por aquellos que hicieron posible que fuéramos los protagonistas, el alma de la Feria… felices. Señores… hasta el año que viene.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios