Inevitable recordar las noches de la Velada de mi infancia en el parque, el vocerío de las tómbolas y las sevillanas en los altoparlantes, que dicen en la otra orilla de nuestro idioma. Entonces era todo más familiar, creo yo. Mi padre me llevaba siempre de la mano, recuerdo que tenía un calor especial en las manos. Las casetas eran un modo de financiación de las cofradías, sobre la base de un sacrificado trabajo de los hermanos y, por eso se llamaba Velada del Carmen, la feria era nocturna que no se podía estar ataviado al mediodía con la solana inmisericorde y la compañía del levante que se colaba por todas las calles que llegaban al parque. Trasladar la feria a otro sitio era como encontrar la excusas para dos actuaciones valientes y necesarias. Como rellenar la zona aledaña al puente de Zuazo y por consiguiente al gran caño de Sancti Petri… y actuar sobre un parque al que no se le hacía nada desde que se inauguró en los años 40. Se hizo, se hicieron las dos actuaciones urbanísticas. Lástima que robaran un cacho grande de parque para hacer allí un polideportivo, como si no hubieran otros suelos… Pero en fin, como se acerca la fecha del encendido del alumbrado de la ya Feria del Carmen y de la Sal de 2019, quiero recordar lo que yo siempre he llamado "La feria de Zapata", pues fue el entonces concejal andalucista el gran impulsor de todo, como el ariete de un gobierno que llegó a la ciudad con una gran ilusión y muchas ganas de hacer cosas, el gobierno Avelino Arias Soto, al que sustituyó, tras la peripecia del alcalde Arias, Antonio Moreno Olmedo. El sustrato de aquel gobierno, aquellos gobiernos, fue la ideología nacionalista, el nacionalismo andaluz, nunca explícito pero siempre operativo. Mas sólo el sustrato. Este partido, sus primeros dirigentes, Ruiz Pizones, Alfredo Díaz, Rodríguez Viaña, Ricardo Zapata y otros, encontraron en el Colegio de La Salle-Real a un joven maestro cañaílla y cofrade hasta las trancas dispuesto a ganar y a representar la ciudad y cambiarla de arriba abajo.

Recuerdo todo esto a poco de inaugurarse la primera Feria de Patricia Cavada en solitario, cuando ya el pasado año dio más que mensajes de agotamiento del modelo, del en cierto modo rechazo de la población. Ignoro si le ha dado tiempo de evaluar los resultados del julio'18 y se habrán corregido los motivos de la desmotivación y la desafección de los vecinos para con su velada, aquella Feria que Ricardo Zapata y sus compañeros andalucistas pusieron en lo más alto, convirtiéndola en la Feria de la Bahía, que solía decirse.

Que el tiempo acompañe y lo logren… Porque, una vez más, lo que no sube, baja.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios