El Puerto Accidente de tráfico: vuelca un camión que transportaba placas solares

Esta semana se ha celebrado, como preludio de la nnavidad, el día de la Esperanza. Es un año más, pero les puedo asegurar que siempre es diferente. Para mí es un día muy especial desde hace muchos años. El día de mi Virgen de Gracia y Esperanza y el santo de mi hija Esperanza, como no podía ser de otra manera. Para mí pensar en Esperanza es pensar en blanco y verde.

Pero la esperanza tiene un significado muy especial para los creyentes y también para los no creyentes. Esperanza es soñar, es vida, es salud, es igualdad, es futuro, es solidaridad, es dignidad. La esperanza siempre mira hacia delante. El hombre siempre está necesitado de esperanza y es el hombre el que crea y a la vez el que destruye la esperanza. Y como digo, siempre preludia la Navidad, una fiesta cada vez mas descreída y desnaturalizada pero que sigue llenando de buenas intenciones las esperanzas para todo el mundo. El gran problema es que solo se queda en eso, en buenas intenciones.

Creo que llevamos unas épocas en que la esperanza en estas fiesta es más necesaria que nunca. Las consecuencias de la crisis económica está trasladando la política hacia unos postulado pocos recomendables, que nos lleva hacia un mundo peor. Un mundo insolidario, individualista, machista, materialista, que a veces me hace pensar que hemos retrocedido varias décadas. Y se ve difícil encontrar una solución con este laberinto intelectual en que se ha convertido la política. Pero siempre la esperanza te hace soñar y esperar un mundo mejor donde afloren las oportunidades para todos los ciudadanos y en este caso para mi ciudad.

Conversando con los amigos y la calle ( la calle esa perspectiva que pierden los gobernantes) se escucha siempre la misma reflexión: esta ciudad esta necesitada de esperanza. Y a renglón seguido una afirmación, había un alcalde que siempre en los momentos difíciles se sacaba un proyecto de la manga (después no lo realizaba) y hacia soñar a La Isla. Creaba ilusión y al mismo tiempo le daba a la ciudad un poco de esperanza, alegría. Como diría alguno, es política. Es verdad y creo que los isleños necesitamos tener esperanza en nuestra ciudad. Necesitamos creer en nosotros mismos, saber que somos capaces de crear la ciudad que llevamos buscando hace tiempo y que tenemos los mimbres necesario para hacerlo.

Hay que reconocer que la ciudad ahora se mueve más, parece que está más viva. Pero falta lo sustancial, industrias y empresas solventes. Quizás, hay muchas esperanzas puestas, el año comienza con unas perspectivas muy buenas en Bazán (me gusta más llamarla así) que puede animar la economía de la ciudad. Y tenemos que tener esperanza en que, por fin, la venta del Janer se llene de actividades económicas para que nuestra ciudad inicie su crecimiento. Y esperanza en poder contemplar la nueva playa de Camposoto que se nos esta diseñando, el inicio del Museo Camarón, la inauguración del Ayuntamiento, y algo más que (ya que nos situamos en época electoral y si los presupuestos se aprueban), nos pueda dejar a la ciudad esa alegría e ilusión que se pide en las conversaciones de la calle. Paz, Salud y Esperanza para todos.

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