Los ciudadanos continuamos con el miedo metido en el cuerpo ante el crecimiento de esta segunda oleada de la pandemia y de lo que puede venir con la llegada de una época climática en la que las enfermedades infecciosas ocupan las mayor parte de las patologías. Seguimos sin entender muchas cosas de las que están pasando. Ejemplos tenemos, como la incapacidad de nuestro gobierno autonómico para gestionar la atención primaria, hasta 14 días de demora, la falta de medidas cuando tenemos disparados el número de contagios, la falta de PCR -somos la comunidad con menos pruebas por número de habitantes- y la tardanza en hacer las pruebas (hasta siete días).

Cuesta trabajo entender la caótica vuelta al cole que hemos tenido, cada comunidad haciendo la guerra por su cuenta, cuando ha habido tiempo para haber buscado soluciones que dieran mayor seguridad a alumnos, padres y profesores. Y seguimos con miedo a lo que puede venir cuando los ERTES se conviertan en ERE, con una economía basada en la incertidumbre cuyos números asustan y que detrás de esos números se encuentra el paro, la pobreza, la brecha social.

En definitiva tenemos un país en un estado caótico resultado de esta crisis sanitaria. Pero con ser éste el principal problema, la siguiente preocupación, y no menor, es en qué manos estamos. Se pedía, por parte de muchos ciudadanos la desescalada, gobiernos autonómicos que querían recuperar competencias, periodistas y medios de comunicación que ahora piden lo contrario, la desescalada. Ahora con esta ¿recuperación de las libertades? estamos comprobando el caos en la gestión de la crisis.

Estamos comprobando que cuando ha llegado la hora de saber gestionar las dificultades, tenemos unas comunidades (la mayoría) cuyos dirigentes no tienen la suficiente preparación para dar soluciones a lo que se le ha venido encima. Cada uno hace la guerra por su cuenta mientras el gobierno central no se atreve a centralizar de nuevo la gestión de la crisis.

Miren ustedes, España se encuentra sin poder sacar unos presupuestos necesarios en esta crisis. Necesita la renovación, que es un mandato constitucional, de los poderes judiciales. Está inmersa en unos casos de corrupción que implica a los poderes del Estado. Tiene pendiente dar solución a los problemas territoriales de algunas comunidades. Problemas con al anterior Jefe del Estado que algunos están intentando utilizar en beneficio propio. Y ante todo esto, ¿quién mira por el bien del Estado? ¿Quién hace Estado en este país?

Escuchaba este miércoles las intervenciones en el Congreso en la sesión sobre el control al gobierno. Y después de algunas horas, cuando terminan las intervenciones me pregunto, y yo creo que todo el que escucha este teatro se preguntará lo mismo, ¿y esto de qué nos vale a los ciudadanos? ¿Es así como nos quieren sacar de esta crisis? Yo me hago esta reflexión, ¿Quién piensa en España como país?

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