Decía Andrea Rezzi, en su artículo del diario El País, que España está incendiada. España es un problema continental, decía Rezzi. ¿Es España un Estado fallido? Diversos observadores opinan que sí. Otros que no es un Estado fallido. Yo no creo que estemos en esta situación por mucho que los dirigentes que tenemos se empeñen en demostrar lo contrario. Pero también es cierto que los hechos demuestran que España, ahora mismo, es una nave que cada uno trata de llevar al puerto por distintas rutas mientras navega hacia el acantilado.

Los ciudadanos observamos incrédulos lo que está pasando. Todo viene desde que los partidos de derecha, desde un primer momento, no reconocieron la legitimidad del gobierno actual, y siguen sin reconocer el derecho que le otorgan los votos. A partir de ahí su única misión, de la oposición, es torpedear todas las instituciones del Estado. Justicia, lucha contra la pandemia, presupuestos, estado de excepción y todo lo que se ponga encima del país. No es la primera vez que ocurre, es el tipo de oposición que utiliza el PP siempre. Cuando va a la oposición, el PP, España se convierte en un Estado caótico. Lo hizo Aznar con F. González (acuérdense del llamado "sindicado del crimen") y lo hizo Rajoy con Zapatero y ahora vuelve a ocurrir lo mismo. Es el tipo de patriotismo de baja escuela.

Se podrá estar de acuerdo o no con el gobierno, pero es el que ha ganado las elecciones y hay que aceptarlo. Casado va a Europa a denunciar que el Gobierno español pretende crear una dictadura y cargarse la libertad de la justicia. ¿Qué diríamos si tal muestra de patriotismo lo hiciera el ínclito de Torra? Y ya la mejor publicidad que podríamos tener en la política exterior es la payasada de Vox con la moción de censura. Es impensable que en la Europa donde se encuentra España pueda aceptarse una moción de censura de un partido de la ultraderecha. Y éste es el partido que gobierna algunas comunidades de España con el apoyo del PP y Ciudadanos. Esto es lo que falla nuestro país. Un país que está a punto de volver al confinamiento porque las cifras son abrumadoras con un millón de infectados. Un país que presenta unas cifras económicas que asustan con un paro juvenil del 40% y con una sanidad y una educación en cuadro. Con una política que es el principal problema de los españoles en las encuestas. Una Justicia dividida y politizada. Un país que no se pone de acuerdo para reactivar la economía. Y con este panorama nos llevamos tres días en el Congreso para celebrar el circo de la moción de censura. Con este cóctel explosivo de incongruencias, desacuerdos y malas artes, ¿cómo queremos que nos vean en Europa? Ésta es la narrativa política, el marco político, de nuestro país. Es la España incendiada.