Nunca había tenido ocasión de hablar con el señor alcalde de El Puerto, por la sencilla razón de que se niega a reunirse con los ecologistas. El otro día me lo encontré en un bar con su escudero, el señor Bello. Aproveché para preguntarle que cuando iba a recibir a los ecologistas, que le habíamos dirigido varias peticiones y remitido numerosos escritos sobre diversos temas de interés para el municipio, y no había contestado.

Su respuesta fue sorprendente, “os recibiré cuando os portéis bien conmigo”. Al parecer, el alcalde sólo recibe a quienes se portan bien con él. Ante mi asombro, le insistí en que su deber es recibir a todo el mundo, que es el alcalde de El Puerto, y que le habíamos dirigido diversas propuestas para solucionar algunos de los problemas existentes y mejorar la ciudad. Nueva respuesta kafkiana, “me tenéis colapsado el correo”. Le mostré mi asombro ante semejante afirmación, pero insistió “sí, tu hija me tiene colapsado mi correo, y así no os recibo”.

Lógicamente, le emplacé a que demostrara tan insólita acusación, pues le comenté que mis hijas tenían cosas más interesantes que hacer que escribirle a él, aunque eso molestara a su ego. Me dijo que me enviaría algunos de esos correos, y sigo esperando.

Sinceramente, creo que es inadmisible que un alcalde se niegue a recibir a una entidad ciudadana de amplia trayectoria y reconocida solvencia en temas ambientales con una excusa tan peregrina. Ecologistas en Acción ha presentado en el Ayuntamiento múltiples iniciativas sobre la recuperación de caminos y espacios públicos, huertos urbanos, las contratas municipales -un agujero negro del ayuntamiento sin control alguno-, carriles bici, ampliación del Parque Natural Bahía de Cádiz, Vía Verde Entre Ríos, implementación en El Puerto del sendero del litoral entre Sanlúcar y Tarifa… Incluso le hemos remitido una guía para elaborar el Plan local de medidas frente al cambio climático, que es una obligación legal; pero el ayuntamiento no lo ha comenzado a elaborar, y se permite el lujo de rechazar nuestra colaboración.

Ante todas estas propuestas para mejorar la ciudad y el municipio, el alcalde no responde. Encima que nos ofrecemos a trabajar gratis, Beardo nos pide que le tratemos bien; debe estar falto de cariño, y de educación.