Los de mi generación íbamos aprendiendo sobre la marcha, como íbamos pudiendo y, por supuesto, el tema en casa ni se tocaba. Las hormonas se iban revolucionando con la llegada de la adolescencia pero no había ni vídeos al alcance de la mano, ni googles, ni redes, ni tinders ni nada por el estilo. Pero aquello tampoco era lo ideal. El sexo siempre se ha tratado como algo tabú y, a nivel educativo, lo sigue siendo en muchos casos, tanto en algunas casas (ya menos), como en los institutos. Una educación sexual adecuada puede ayudar le tanto a ellos como a ellas y también en la manera de relacionarse de una manera más ética donde tiene que haber un consentimiento mutuo, donde el "no es no", donde no hay un objeto y sí una persona, y también más saludable con todos las precauciones posibles. Las manadas, los pinchazos o la sumisión química dejan en vulnerabilidad a las chicas y con algo de esa educación sexual algún caso se habría evitado.

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