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Análisis

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Dominicos en Cádiz, ¿para qué?

Los dominicos no solo quieren mantener su presencia en la ciudad, sino fortalecerla

El pasado 1 de agosto nuestro Diario de Cádiz, en la página que resume su hemeroteca, incluía en la sección 'Hace 100 años' la noticia de la llegada a Cádiz del maestro de la orden, fray Luis Theissling, holandés de nacimiento, que fue cabeza visible de la misma desde 1916 en que fue elegido hasta que falleció en 1925, ocupando en el cómputo de los sucesores de Santo Domingo el número 77. Era el primer maestro de la orden que se decidió a visitar todos los lugares en los que la orden estuviera implantada, y con la solemnidad de las visitas de entonces estuvo en Santo Domingo de Cádiz, luego en Santo Domingo de Jerez y después se encaminó hacia Ocaña y a Ávila.

El padre Vito Gómez, historiador, nos amplió a todos la noticia dándonos cuenta de su llegada en el trasatlántico Infanta Isabel de Borbón y de su agenda en cada uno de los lugares. En Cádiz, como era natural, valoró y recordó la Puerta de América que siempre fue nuestra ciudad y revivió con los frailes de entonces esta cualidad primera de este convento, su capacidad para el envío misionero y su llamada a ser punto de encuentro.

Pero en estos últimos treinta años, servidor ha conocido la presencia de otros dos maestros de la orden en este convento para hacer la visita canónica, no a las obras que los frailes llevan adelante, sino a los frailes que en cada instante están en ese lugar.

El 15 de octubre de 1997, justo a los ocho días de haber vivido la solemnidad del Rosario con la presencia de todos los obispos andaluces en la función del Voto, nos visitó Fray Thimothy Radcliffe, de la provincia de Inglaterra, el 85 sucesor de Santo Domingo quien en aquella ocasión recibió uno por uno a cada fraile del convento, a las hermandades y cofradías del mismo y a las personas que nos quisieron acompañar, animándonos entonces a mantener viva la predicación en todos los ámbitos posibles y en aquellos lugares donde más necesaria fuera. Él fue impulsor de las nuevas presencias de los frailes y las hermanas en todos los ambientes, especialmente entre los más jóvenes.

Y en 2015, antes de la fusión de tres de las cuatro provincias dominicanas en la nueva provincia de Hispania, nos visitó fray Bruno Cadoré, de la provincia de Francia, 87 sucesor de nuestro padre Santo Domingo, quien en el Libro de Actas del convento dejó escrito este párrafo: "Con mi admiración y gratitud por el testimonio -es decir, la predicación- de los hermanos de Cádiz, especialmente hoy los hermanos mayores", dibujando así la tarea que hoy por hoy marca la vida del convento de Santo Domingo. El carácter de misión, de envío, de salida, el deseo de hacernos presentes en esta nueva situación de la ciudad, tan sesgada hoy por tantas circunstancias, y el testimonio que es hoy el cuidado de los mayores, son las tres líneas que justifican el presente y anuncian el futuro.

El primer capítulo de la provincia de Hispania en 2016 no sólo quiso mantener esta presencia, sino que mandó fortalecerla y así va a ser en cuanto sea posible. Cádiz y los dominicos somos inseparables, porque nos ata a los dos la Virgen del Rosario.

En este día de Santo Domingo, os quiero agradecer a todos los gaditanos que nos hayáis facilitado el poder vivir como frailes de Santo Domingo desde 1635. La predicación, que nace de la vida fraterna, del estudio y de la oración, sigue animando la vida en este caserón blanco que en medio de Cádiz sigue hablando de Dios y con Dios, como lo hizo ayer, lo hace hoy y lo hará, si Dios quiere, también mañana.

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