Debate de expectación, debate de decepción

Nada sabemos de lo que piensan hacer con la sanidad, la educación y la ley de dependencia

Hoy termina una campaña electoral muy especial para unas elecciones muy especiales. Campaña especial por la fecha coincidente con la Semana Santa que la ha tenido eclipsada toda una semana. Y unas elecciones muy especiales por lo mucho que se juega este país. Aunque visto y oído, tampoco ha hecho falta más tiempo para que los ciudadanos nos demos cuenta de en qué mano vamos a entregar el país.

Campaña dura, muy dura. No hay adversarios políticos, hay enemigos irreconciliables. Unas elecciones que desde un principio todas las encuestas electorales nos dan un ganador, pero no sabemos quién podrá gobernar. Es la época de las coaliciones. Se acabo el bipartidismo, a mí me gustaba más, en un país donde los pactos cuestan sudor y lágrimas sacarlos adelante. No tenemos cultura de pactos, como tampoco tenemos cultura política para los debates. Fíjense en los dos debates celebrado esta misma semana.

¿Qué España es la que nos han dejado estos debates? Falta de respeto, faltones, una lección de no saber estar y al final para dejarnos como estábamos antes del espectáculo. Nada sabemos de lo que piensan hacer con la sanidad, con la educación, con la ley de dependencia, con el desempleo, ni con las pensiones. Todo ha sido independentista, batasunos, radicales y ultraderecha. Hay una falta total de pedagogía política. Pero esto ha sido toda la campaña.

Hacía tiempo ya que la derecha no se apropiaba de España. Una derecha que mantienen una batalla brutal entre ellos por ver quién se hace con su liderazgo. Ellos son la patria y los que no piensen como ellos son traidores. Miedo da escuchar algunos discursos que nos han ofrecido algunos. Retroceder o avanzar. Este es el dilema. Mirar atrás, o mirar adelante para no caernos. No se reconoce como legítimo al adversario. Todo muy raro, muy incierto.

Decían, politólogos y expertos en comunicación, que los debates eran fundamentales para decidir el voto de los millones de indecisos que daban todas las encuestas. Pues creo que los indecisos han decidido, visto lo visto, votar en blanco. Y quizás también algunos de los que ya tenían decidido su voto. Vaya nivel. Decimos los taurinos que "tarde de expectación, tarde de decepción". Pues igual podríamos denominar a los debates. Mucha expectación para tanta decepción. ¿De verdad estos son los líderes que nos van a gobernar? ¿Qué podemos esperar? Convertir la política en espectáculo. Fichajes de ultima hora, como en el fútbol. Una cámara con artistas, toreros, deportistas. ¿Políticos? Habrá que buscarlos. Por consiguiente, es lo que tenemos.

Son unas elecciones muy importantes, nos jugamos mucho. Después de lo que ha sido la legislatura anterior tenemos que conseguir un gobierno que dé estabilidad y certidumbre a la política de esta país que todavía vive las secuelas de la crisis. Por tanto hay que votar en consecuencia. Y lo más importante, votar, votar y votar. Lo que sea, pero hay que votar. España lo necesita.

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