Crónica de San Juan de Dios

Melchor Mateo

mmateo@diariodecadiz.com

El epicentro de las protestas

El Ayuntamiento ha recibido en las últimas semanas concentraciones laborales de toda índole

Los policías locales lanzan papel higiénico a la fachada del Ayuntamiento.

Los policías locales lanzan papel higiénico a la fachada del Ayuntamiento. / Joaquín Hernández Kiki

Los problemas

La plaza de San Juan de Dios se ha convertido en las últimas semanas y, especialmente en esta, en un centro continuo de protestas laborales de toda índole. Varios colectivos han ido al Ayuntamiento a hacer visibles los problemas que padecen. Ahí han estado las limpiadoras municipales, los vigilantes del Falla, los policías locales y el resto de sindicatos municipales. A la vez, las informadoras turísticas no han cogido la pancarta pero han ido por la vía de la huelga y no realizarán su función durante toda la semana de Carnaval.

Los cuatro primero años de José María González ‘Kichi’ y su equipo fueron relativamente tranquilos y no hubo demasiada contestación social. Los problemas los tenían dentro del Pleno con una oposición bastante dura y una minoría que le dejaba en pañales una vez sí y otra también.

Ahora casi tiene la mayoría absoluta gracias al respaldo ciudadano en las urnas en la pasada primavera, pero las situaciones que están pasando diversos colectivos, hacen que estos estén llevando sus protestas a las puertas del Ayuntamiento.

Los impagos de las nóminas por parte de varias empresas que prestan servicios municipales y la tardanza o la dificultad para encontrar soluciones, la eternización de la remunicipalización de las informadoras turísticas y la RPT (Relación de Puestos de Trabajo) que no sale, se han convertido en chinas en el zapato en el actual equipo de Gobierno. Y,además, la huelga de las informadoras turísticas y la negativa de los policías locales a hacer horas extraordinarias durante Carnaval para cubrir todos los servicios, una práctica habitual durante muchos años y que en 2020 no será posible, vienen a elevar la temperatura.

Los últimos años de Teófila Martínez estuvieron marcados por una crisis económica galopante que llevó a una reivindicación continua de colectivos y personas tanto a las puertas del Ayuntamiento como en los plenos municipales. La calle se levantó y poco a poco se empezaron a escapar los votos que terminó por traducirse en un vuelco electoral en el año 2015. Ahora la situación no se le parece, pero la protesta llama a la protesta.

Exámenes

Las informadoras turísticas siguen reclamando la remunicipalización del servicio que fue aprobado por el Pleno del Ayuntamiento. El equipo de Gobierno hizo este proceso que vio la luz con fórceps en los servicios de playa, cuyas plantillas ingresaron en la sociedad municipal Cádiz 2000.

Uno de los requisitos que aparecían en los informes del secretario municipal era la obligatoriedad de que una vez que se hiciera todo este proceso, se completara con unos exámenes de selección para responder a los criterios de igualdad, mérito y capacitación. A ellos tendrían que ir las actuales plantillas y todo aquel de fuera de ellas que quisiera pasar por esta selección. Ese requisito que el secretario llevó sobre el papel ha quedado en el olvido y los exámenes ni están ni se les espera.

La similitud

La paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. Hace unos días tuvo lugar un Pleno en la Diputación y en el mismo se trató la situación de los impagos de la empresa concesionaria de la limpieza en diversas dependencias provinciales, que ha llevado también al camino de las protestas a los colectivos. El grupo de Podemos defendió este punto con la edil Lorena Garrón, que exigió soluciones al gobierno presidido por Irene García. Exactamente lo mismo que ocurre en el Ayuntamiento de Cádiz.

El despido

El que fuera candidato del PP en las últimas elecciones municipales, Juancho Ortiz, es diputado provincial y forma parte del consejo de administración de la Empresa Provincial de la Vivienda. En la primera reunión a la que asistía se llevó las manos a la cabeza porque uno de los puntos era para proceder al despido de una limpiadora de 59 años que llevaba más de 16 años en unas dependencias. Ortiz pidió que se articulara alguna solución para esta empleada como sacar un pliego y que se le subrogara con la empresa que entrara. La respuesta que recibió por parte del gobierno provincial es que tenía que mirar por la empresa. Ortiz, ante el silencio de los otros partidos con representación, incluido Podemos, dijo que le parecía curioso que fuera el PP el único que se estuviera oponiendo a ello. Después en el Pleno, cuando se estaban hablando de los planes de empleo, mostró su disconformidad en público.

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