El Coronatrump

No me acaba de convencer la teoría conspirativa, aunque podría tener su cuele

Me decían el otro día unos amigos médicos que estaban planteándose anular un viaje de placer al extranjero por la movida del Covid-19, alias el Coronavirus. Me produjo desazón su comentario y les pedí el porqué. Contestaron que les extrañaba el hecho de que, al parecer, algunos de los fallecidos no eran ancianos o personas con dolencias previas que pudieran haberse agravado fatalmente, sino que eran gente joven "y fuerte". Del mismo modo, mi amiga María José me dijo ayer que estaba planteándose cancelar una reserva en un hotel porque ¿y si se declara la cuarentena y se queda bloqueada en el extranjero sin poderse volver? No quiero ni imaginar la angustia de todos los huéspedes del resort de Tenerife: los seguros escurriendo el bulto con el argumento de que no es una enfermedad común, el hotel exigiendo el pago de las habitaciones y la pensión completa, la administración asustada por la reclamación dineraria que se avecina…

Es muy interesante conocer la perspectiva de profesionales de la medicina acerca de esta pandemia en potencia recién nacida en Wuhan (China) y que según Javier, un prestigioso galeno gaditano, tiene su origen en una serie de problemáticas geopolíticas que perfectamente podrían hacer variar el nombre del virus a otro más carnavalesco: el Coronatrump.

Según Javier, el conflicto de los Estados Unidos con el gigante asiático por culpa, según él, de la pérdida de valor del dólar -que podría haber comenzado con la batalla de los móviles Huawei y las subidas arancelarias- serían la causa que motivó la "oportuna" aparición de este nuevo espécimen vírico que ha hundido la economía china, provocando cierres de fronteras y un estado de ansiedad tan generalizado que no se veía desde los tiempos del Ébola y la Gripe A. ¿A quién beneficia el hundimiento del yen? Al dólar. Y continuando con su razonamiento, no tiene sentido que no haya un solo caso de coronavirus en EEUU. "Hasta que no haya un infectado estadounidense no "aparecerá" la vacuna", finalizó.

No me acaba de convencer esta teoría conspirativa que, conociendo a Donald Trump, podría tener su cuele. Eso sí, hay mucha gente sacando rédito al miedo al virus de Wuhan. Observando los telediarios, el tratamiento de la noticia del coronavirus puede comprender el noventa por ciento del contenido del informativo, restando minutos, quizás, a las secciones de Deportes y El Tiempo. Si se habla de contagiados y los fallecidos no se hace de trivialidades como el caso Delcy-Ábalos, la Fiscal Ministerial del Estado o de la denegación de una comisión de investigación para el caso de abusos sexuales a menores en Mallorca.

Mientras tanto, los carnavales siguen su curso por toda España como el de Venecia en tiempos de la peste negra, al tiempo que el miércoles de ceniza se vende el jabón desinfectante de tres euros a veintidós y se agotan las mascarillas de polipropileno en farmacias y tiendas virtuales. Aunque en verdad, qué nos importa su carencia: cuentan los periodistas que no son Lorenzo Milá que los Trumps patrios han prohibido su utilización a militares y sanitarios "para no causar alarma social". Con dos coronajones.

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