Nunca he visto Juego de Tronos. Mentiría si dijera que he sentido curiosidad por saber de qué va la serie que tiene enganchado al planeta, pero lo cierto es que ésta no ha despertado en mí ningún interés. Una secuencia de dos nanosegundos me valieron para saber que Juego de Tronos no iba a ser mi serie. No es que me considere una antisistema que está por encima de la sociedad de consumo, me subí al carro de Las Chicas del Cable, soy friki de Harry Potter y hago colas virtuales para ver a Alejandro Sanz en directo. Soy, por definición, carne de Juego de Tronos. Pero la Khaleesi no logró encandilarme.

No es la primera vez que un individuo se sale de la norma y no se engancha a la tendencia del momento. No todo el mundo ha visto Star Wars, ni se sabe los diálogos de Friends ni faltó al trabajo para ver el último capítulo de Perdidos. El Universo sigue su curso a pesar de que algunos nos empeñemos en desafiar las leyes cósmicas. Hasta ahí todo bien. Eres un bicho raro (que lleva en silencio su pequeño acto de rebeldía), al que el mundo se le desmorona cuando le toca socializar. Sobre todo el día posterior al esperado debut.

Para el que no lo sepa, el pasado domingo estrenaron Juego de Tronos. Algo parecido al apocalipsis de las series. El mundo se detuvo durante esa madrugada en la que se podía hacer de todo menos dormir. Los seguidores de la ficción, que llevaban un mes expectantes, pusieron su rutina en stand by para hacer de Juego de Tronos su único elixir de la vida. Enhorabuena, sentís pasión por algo y lo lleváis al extremo. Quedan pocos como vosotros. El problema es que se os olvidó volver a darle al play para que la vida, la vuestra y la nuestra, siguiera su habitual curso. Ya no se habla de fútbol, elecciones o Semana Santa, ni siquiera del terrible incendio de Notre Dame. Ahora sólo escucho mencionar a dragones que tienen por madre a una señora, a Jon Nieve, a la Khaleesi y a un horrendo caballero de cuyo nombre no quiero -ni puedo- acordarme. Y spoilers, muchos spoilers. Se ve que algún pobre alma se quedó sin ver el estreno y está siendo sometida a las torturas de aquellos que sí lo vieron. Vosotros, que compartís con los bichos raros el desconocimiento, debéis ser nuestros aliados. A cambio de un rato de charla en la que Juego de Tronos no esté ni se le espere, nosotros nos encargaremos de aquel que ose destriparos algún detalle importante de la trama. Palabra de bichos raros sin tema de conversación desde hace una semana.

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