Viernes Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Viernes Santo en la Semana Santa de Cádiz 2024

A medida que vaya leyendo el lector del Diario de Cádiz (otro Glorioso, pero del periodismo) este articulillo, comprenderá en seguida el porqué del excitante título que he pergeñado para aparecer una vez más ante el vivaz ojo gadita que afortunadamente aún nos lee. No voy a entrar en vereda parda, o sea, que no voy a definir que es eso del interrumpido coito, pues a estas alturas de la vida todos saben todo de todo y de todos; o al menos eso profesan. Pretendo decir que ayer la posibilidad de ver la gloria amarilla a través de la tele se fue al… Los gaditanos todos saben perfectamente terminar esta frase que dejo en suspenso y al albur de cada cual. Que la tele se me puso cachonda. En roman paladino.

Why?, me preguntó mi amigo el inglés, que se ha venido con un montón de libras a Gibraltar huyendo del jodido Brexit, que es que ya no tienen ni gasolina ni camioneros y los estantes de los híperes empiezan a asilar telarañas. Y los indepes de la bella Cataluña, con eñe, siguen sin enterarse de nada. ¿Ninguno prevé el futuro que tan próximo tienen en el espejo británico, si continúan desfilando por la lóbrega senda de la secesión?

Pues mira, Tim, le aclaro al de la verde Albión, tras el inciso de lo del "pequeñito país", como expresó Guardiola en una entrevista, la tele se me puso cachonda quiere decir en la Salada Claridad de Manuel Machado que apenas me dejó ver el match. Se lo digo así, match, para que advierta mis mejoras en el uso del idioma de Chaucer y de Thomas Stearns Eliot. Que apenas pude ver en la tele al Yellow Glorioso, Timoteo, y que más tarde se me fundieron los plomos de la casa, y que apenas comenzó el partido llegaron unos invitados de la Main Street a tomar el té, que si las interrupciones del canal… En definitiva, que entre una cosa y otra, del Cádiz contra el Rayo no pude avizorar casi nada. El gol que preví de Alvarito durante toda la semana con mi pálpito, que esta vez sí dio en la diana, el excelente extremo que nunca supe por qué salió del Carranza, ése sí lo vi en directo. Por desgracia. Y el de Falcao. ¿Por qué el Glorioso nunca puede fichar a algún Falcao que ande suelto por ahí? Porque Negredo nunca fue Falcao, y, ahora, menos aún. Y la himalayesca alegría del gol del más que aceptable armenio de roja barba. Y, ya digo, poco más. Una cosa interrupta, o sea, interrumpida vez y otra, no como ese volcán de La Palma, que es que no para con lo de la lava. Ya sé que es una horrenda desgracia e infortunio para aquellos pobres hermanos palmeros que han perdido la casa, la paz, el pasado y que espero gocen del apoyo gubernamental y aún tengan ánimos para reconstruir sus vidas; pero, dicho esto, debo revelar que me hechiza, especialmente de noche, ese espectáculo fascinante de la Naturaleza, así que, una vez idos Timy y los llanitos, me quedé contemplando el volcán.

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