Análisis

Enrique Montiel

Más Casería

¿Hay dinero para estas actuaciones? ¿Hay proyectos o esbozos sobre La Casería?

Queda mucho por ordenar en la Isla todavía, y mucho por terminar de ordenar. Quiero decir que hay cosas que están en camino de ser y otras que todavía no son. La Casería todavía ni es. Digo en esto que los urbanistas llaman ordenar. En verdad están las tres torres que iban a ser cinco, pero se quedaron en tres, lo que hicieron delante de esas torres por detrás y el manchón que termina con las casitas de maderas y El Bartolo y La Corchuela. Son el árbol que no deja ver el bosque. Hay más, mucho más. Es toda esa zona comprendida entre los antiguos polvorines de Fadricas y los terrenos de la antigua Fábrica de San Carlos, y el lado de aquí del caño 18; afectada por la servidumbre militar, esa carreterita que llevaba al puente de los bombos, el caño frente a la Bazán, el taller grande para los ferrys de aluminio que se construyó en tiempos de don Manuel Pérez, un visionario que hizo por la Bazán todo y más todavía, y de la que fue cesado para irse a morir, demasiado joven, a su Cartagena natal. Toda esa zona, gran zona, está por ordenar. Digo el Fadricas 2, la zona de polvorines y su entrada en la parte de la casería por delante de las casas del viejo barrio extramuros de la Isla, hasta la playa, los terrenos de San Carlos y esa zona del parque natural y la parte acogida a la servidumbre de la Defensa. Una tentación para un político que piensa a lo grande y quisiera dejar su huella en la ciudad. Pero, lamentablemente, en vez de ofrecer a los vecinos una animación de esas estupendas sobre las opciones de ordenación de este territorio entre el abandono y la tristeza, lanzan lo de El Bartolo y La Corchuela, que son la excusa para que la gente de la Isla, fundamentalmente, se allegue a ese punto de la mística y goce del romanticismo de las noches de luna llena, las noches de levante en calma, la bajamar, la pleamar y el pescado frito de la bahía. Estupendo. Nos hemos entretenido en defender lo que consideramos un lugar insólito asociado al bienestar y ni hemos visto que ya van con retraso, con mucho retraso, los proyectos de ordenación de ese territorio complicado pero lleno de atractivos, no sólo del ladrillo, para los ciudadanos. ¿Hay dinero para estas actuaciones? ¿Hay proyectos, esbozos, ideas sobre lo que le gustaría a este gobierno, o a los gobiernos que han sido, sobre la ordenación de La Casería? Me temo que, desgraciadamente, no hay casi nada. Y habrá mucho menos, de creer a los gurús de la economía surgida de esta pandemia que nos va a trastornar casi enseguida.

Han empezado por lo más fácil, esas casas de Barranquilla que hay en la Casería, y su emblemático Bartolo para el pin pan pun fuego correspondiente. Una lástima.

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