Aunque parezca mentira, leer de vez en cuando en los medios de comunicación un acontecido que te invita a sonreír y a celebrar determinada toma de decisión por parte de las autoridades de tu mundo más cercano, puede ser incluso sinónimo de que aún hay esperanza de buen entendimiento entre vecinos, asociaciones civiles y mandatarios ocasionales. Todo esto que digo viene a cuento a resultas de la aparición de la antigua fuente de Los Cañuelos en el transcurso de unas obras en la urbanización El Manantial, en donde los vecinos que allí habitan quieren que la citada fuente se ponga en valor para disfrute de propios y extraños, aprovechando el escenario en proyecto de un nuevo parque ajardinado con vistas a la Bahía. El implicadísimo presidente de la comunidad de propietarios recabó en su momento el apoyo y colaboración tanto de Ecologistas en Acción como de Unión Portuense, con idea de perfilar el nuevo vergel y aconsejarles igualmente para la adquisición de floresta y fronda acorde con el lugar. La sorpresa viene cuando los propietarios constatan que, por parte del Ayuntamiento se ha ocupado un tramo de la zona verde conocida como El Cañaveral para la construcción de un aparcamiento. La falta de información previa a esta actuación urbanística genera inquietud y malestar tanto en el vecindario como en la asociación ecologista, y como consecuencia de ello, estos últimos solicitan se convoque una mesa de diálogo entre vecinos, Ayuntamiento y ellos mismos. De esta secuencia de hechos ha venido informando puntualmente Diario de Cádiz hasta que nos invadió la sonrisa de la que antes hablaba. Hace tres días se convocó por parte del Ayuntamiento la mesa de diálogo solicitada, y se comunicó directamente a los implicados la desestimación de construir en el parque público del cañaveral el aparcamiento de marras. Este episodio aislado de entendimiento y colaboración en nuestro devenir diario, es una muestra más de que cuando el sentido común y el diálogo razonado revolotean por nuestras instituciones, el único beneficiario de la cuenta de resultados en nuestra contabilidad del día a día es el pueblo.

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