El rico lenguaje que todos hablamos se llena de expresiones que no es necesario terminar. La facilidad y riqueza que supone el con la mitad de las palabras digamos tanto es un no ni ná que todo lo dice.

Así, de ese modo, podemos permitirnos, de forma educada definir, sin faltar el respeto, situaciones, y con la mayor de las hipocresías, comentar momentos de nuestro curtido panorama político.

Y ello me lleva a la reciente, o no tan reciente, batalla para el crecimiento de esta ciudad, pero que deja claro, y es vivo ejemplo, de lo que ocurre en todo el panorama político nacional.

También se, por experiencia, que muchas veces es mejor ni hablar, no dar rédito, no darle mas pábulo que el que tienen las memeces con la que nos deleitan a diario, como, por ejemplo, hacer una campaña y representar a miles de portuenses, para emplear, o perder el tiempo… en enjundiosos asuntos, denunciando, por decir algo, la instalación de una cruz en la Sierra.

Que estamos en un estado laico, vale, que puede no ser el mejor sitio, puede ser, que se atenta contra otras creencias, seguro, que es una falta de respeto… pues igual, o parecida a la que sufren aquellos que soportan procesiones con un aparato reproductor femenino, un claro gesto de libertad que tiene como único fin el tocar las gónadas a quienes son creyentes.

La misma, la misma falta de respeto de quienes felicitan el Ramadán y llaman payasos a los tontos de capirote, y que resultan ser los mismos que piden respeto para otras confesiones pero que se vanaglorian de un pasado intolerante e incendiario, que, por supuesto hoy, de momento, solo aplauden causándoles una sonrisa inocente y traviesa de un pasado que al parecer fue un ejemplo de democrático sentir.

En fin, todo ello claro ejemplo de la actual política, que cuando está en la oposición critica una cruz, pero aplaude la crucifixión de todo un pueblo, afianzado al madero por la Luz, el Diésel y los impuestos. En fin, perfecta situación de imprudente intolerancia en donde no ni ná cobra sentido, siendo justo y necesario, porque es nuestro deber y salvación, el mandarlos a la venta el… y ya si eso, que cada cual termine la frase.

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