Tranquilos que no voy a hablar de quién tiene más negritos o más salero. Les hablaré de la Constitución de Cádiz y de cómo fue acogida en Cuba en el Trienio Liberal (1820-1823).

El 15 de abril de 1820 llegó a La Habana, en el bergantín Monserrate, la noticia del restablecimiento de la Constitución de 1812, siendo recibida con gran júbilo. El 17 el capitán general y gobernador, don Juan Manuel Cagigal, juró la Constitución en la Catedral de La Habana ante el obispo Juan José Díaz de Espada. El obispo y los sacerdotes lo hicieron el día 18. Poco después la Real Sociedad Patriótica creó la Cátedra de Constitución, confiándosela al ilustrado obispo Espada. Este, sin dudarlo, pidió al joven sacerdote habanero Félix Varela que se preparara para ganar esa cátedra. Varela manifestó su incompetencia en temas políticos, pero el obispo insistió. Varela obedeció y sacó la plaza.

El 18 de enero de 1821, en una abarrotada Aula Magna del Seminario de San Carlos y San Ambrosio, Félix Varela impartió la lección inaugural. Refiriéndose a la Cátedra y a la Constitución, dijo: "Yo llamaría a esta cátedra, la cátedra de la libertad, de los derechos del hombre, de las garantías nacionales, de la regeneración de la ilustre España, la fuente de las virtudes cívicas, la base del gran edificio de nuestra felicidad… la que contiene al fanático y al déspota…".

Ese mismo 1821, hace doscientos años, Varela publicaría sus 'Observaciones sobre la Constitución Política de la Monarquía Española', el primer tratado sobre la Constitución publicado en América. Félix Varela se presentó a elecciones para diputado a Cortes, resultando elegido. Condenado a muerte por Fernando VII se exilió a los Estados Unidos, donde murió en 1853.

No sé a ustedes pero a mí me hace ilusión pensar que el amor de Varela por la Constitución de Cádiz y los meses que vivió en nuestra ciudad en 1823 influyeron en uno de los padres de la nacionalidad cubana y, por tanto, en los inicios de la identidad de Cuba.