Andan las aguas revueltas desde que Pepe Bablé se jubiló y la dirección del FIT ha recaído (previo concurso del INAEM) en Isla Aguilar y Miguel Oyarzun. Uno de los cambios ha sido la supresión del Encuentro de Mujeres de Iberoamérica en las Artes Escénicas (EMIAE): lo femenino no se concibe ya como un gueto paralelo sino integrado en el conjunto. La programación lo demuestra, empezando por la instalación "Esculpir el silencio", de la uruguaya Tamara Cubas. Las casamatas del baluarte de la Candelaria evocan un salar que simboliza el viaje de las migrantes. De los montículos de sal emergen sus relatos en medio del silencio. El cartel de la 36ª edición es de la peruana Daniela Ortiz. Gesto de reconciliación fue el "Rito de paso", una iniciativa de la dramaturga Jana Pacheco con la colaboración de Mariana González Roberts. Consistió en un vídeo donde varias mujeres, empezando por Margarita Borja (fundadora del EMIAE) contaban qué habían supuesto para ellas estos encuentros. Tras el collage de voces (oda de gratitud y reconocimiento) venía una meditación de visualización y cierre de círculo para abrirse al futuro. Un gesto que se inscribe en la delicadeza general de este festival que se abrió en el Falla con la "Carta" de la portuguesa Mónica Calle. Deslumbrante: 30 mujeres ejecutaban desde sus cuerpos desnudos una coreografía sobre la 7ª sinfonía de Beethoven, con su Allegretto ostinato: preciosa alegoría de la vida, la fragilidad del ser humano, la fuerza del grupo matriz, la dinámica de prueba y error, la cacofonía y los momentos sublimes de belleza. Como cuando, con el juego de luces insinuando en la tramoya un templo griego, las intérpretes sugerían un grupo de bacantes. La "Carta" empieza y termina con un poderoso renglón de cuerpos que avanzan por el espacio/texto de la oscuridad a la luz, secos primero, brillantes de sudor al final. El programa impreso se abre con una cita de Paul B. Preciado: "El aprendizaje real pasa por entender que no necesitas ni una soberanía destructiva ni una narración heroica, que es posible vivir en condiciones de vulnerabilidad, entendida como condición misma de la vida". Ojalá esta carta de la nueva dirección llegue a destino.

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