Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Quizás todavía estén ustedes de playa. Quizás todavía haya una gran mayoría de ustedes que estén de vacaciones. Quizás haya todavía una gran mayoría que lamentablemente no pueda volver al trabajo. Quizás haya otra gran mayoría de ustedes que ya ni se acuerdan de las vacaciones. Pero quizás si recuerden que el curso político ha comenzado y quizás se haya dado cuenta de que estamos en la misma situación que cuando comenzó el periodo vacacional.

Seguimos sin gobierno. Seguimos sin acuerdos. Seguimos sin estabilidad. Y estamos cada vez más abocados a unas nuevas elecciones. O quizás, no. No se puede tener paralizado a todo un país por la falta de responsabilidad de los que la tienen que tener, y no son capaces de tenerla. Aunque la sensación sea de que todo camina, incluso sin políticos. Pero no es cierto. Sin políticas no puede haber país. Como tampoco se puede paralizar una ciudad en verano.

El verano es la estación que marca el pulso de una ciudad. Es la estación que nos dice si una ciudad esta viva o duerme. El verano so solo sube las temperaturas, sube la autoestima, sube la confianza, de un pueblo en su ciudad. Sube la complicidad de todo un pueblo con sus dirigentes. El verano siempre ha estado lleno de titulares más o menos acertados o no. Se decían, entonces, las serpientes de verano. Ha sido todo un relato de obras sin terminar. Me refiero a nuestra ciudad. Se podría decir que ha habido toda una serie de incidencias que han dado titulares para poner en cuestión todos los proyectos que se visualizan por la ciudad. La oposición está en su papel. Aunque algunas veces algunos olvidam su responsabilidad anterior. Pero eso es lo de menos. Parece ser que el objetivo es romper la complicidad entre gobernantes y gobernados. Esa complicidad, esa cooperación de la sociedad que reclama la alcaldesa actual. Y no es fácil. Me refiero en una ciudad que nos tenía acostumbrados a que los proyectos no terminaran nunca de empezar. Qué difícil es sacar algo adelante en esta Isla, era la palabra cómplice de una ciudad. Por eso es difícil conseguir esa complicidad después de todo un verano con un relato derrotista.

Pero si miramos los hechos con una perspectiva histórica (porque históricos son algunos de los proyectos actuales) es difícil encontrar un periodo donde la ciudad tenga tantas obras en ejecución. Fíjense ustedes. Gallineras, dos décadas esperando. Náutico de La Casería, desde 2012. Bazán ni contar. La playa, pues desde que se abrió. Museo Camarón, pues lo que ustedes quieran. Ayuntamiento, igual. Cierto que algunos se ven parados por circunstancias ajenas. Que se podría haber planificado mejor o de otra forma, no lo sé. Pero hay que reconocer que existen, que están ahí. Como seguimos esperando que la Edusi nos dé esa gran transformación que necesita la ciudad y el Parque Natural. Como esperamos que el cambio producido en el sector sostenible nos traiga por fin esa ciudad limpia y verde que todos esperamos.

Me decía hace unos días un alcalde de una ciudad cercana sobre La Isla que es muy difícil revertir una ciudad que lleva en caída libre tantos años. Es muy cierta esta reflexión. Pero, si nos sumamos al relato negativo de cuanto peor, mejor, nunca seremos capaces de revertir esa imagen de que aquí no sumamos, de incredulidad, de negatividad. Es un trabajo de todos. Principalmente del gobierno municipal que tiene que liderar esa complicidad con el pueblo y con los colectivos socio económicos.

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