Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

En la historia más reciente de Cádiz no hay nadie que haya hecho más por la ciudad que don Carlos María Mariscal, el teniente de alcalde de Fiestas y Playas... Así empecé, hace 30 años, que se dice pronto, mi primer artículo en las páginas de este engendro del diablo que es el Diario del Carnaval. Nunca entendí por qué le proponían a una servidora verter cada día sus opiniones sobre este submundo de vagos y maleantes que responde al nombre de carnavaleros. Acepté el órdago casi a modo de chanza, pensando que en poco se aburrirían, pero nada, aquí sigo. Tres décadas, y cada día más en forma. No sé si será el agua bendita, las genuflexiones ante el altar de San Antonio y San Francisco o la atenta escucha de la sosegada voz del padre Saturio, pero, oiga, es santa medicina. Y, cada año, justo antes de la Cuaresma, me vuelven a pedir que les dé caña. He llegado a pensar que son todos masoquistas, desde los que cantan hasta los que les dan pábulo en los medios de comunicación. Una caterva de ignorantes.

Eso sí, en el fondo soy una visionaria. Porque, fíjense, hace tres décadas ya le daba para el pelo al señorito Mariscal. Y no sé cuántos equipos de Gobierno después quien lleva la voz cantante en la Delegación de Fiestas sigue insistiendo en el error. Lola Lolita Cazalilla decía en una entrevista en este Diario -que hoy va de guay por cumplir 1.000 números, como si eso fuera para sacar pecho-, que ella siempre ha dado la cara. Y ponía morritos. Lamentable. El único cumpleaños que quisiera celebrar sería el de la abolición de esta fiesta. Infeliz Carnaval.

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