Análisis

José guerrero 'yuyu'

Todos a una

Al equipo hay que apuntalarlo, se corre el riesgo de que se sigan rompiendo los puntales

Estar los novenos, con 23 puntos y a falta de una jornada para que acabe la primera vuelta es una hazaña sin precedentes en la historia del Cádiz en Primera y camino de mejorar el récord de Víctor Espárrago en la temporada 1987-88, donde el equipo terminó en duodécima posición. Pero precisamente en los momentos de gloria es donde uno se tiene que parar a pensar para cimentar esos éxitos. Y el Cádiz tiene que pensar en cómo y por qué ha llegado hasta aquí. El cómo está claro: un sistema férreo en defensa que ha dado resultado en muchos partidos, con los jugadores metidos al cien por cien en el partido y haciendo cada uno lo que tenía que hacer. El por qué también está claro: porque Cervera tiene más que clara su idea de fútbol y no exige distracciones en su sistema. Y es ahí donde empiezan los problemas. Para empezar, el milagro de Cervera se sustenta casi únicamente en un Plan A. El B no existe, y no porque no quiera el entrenador. Es que no tiene mimbres, a juzgar por sus palabras tras la derrota ante el Girona en Copa y a juzgar por los hechos que Cervera no dice pero que todo el mundo ve. Que haya jugadores que estando en un equipo de Primera División donde no tienen muchas oportunidades desperdicien las que tienen es de Juzgado de Guardia. Claro que una cosa es que no sepan aprovecharlas y otra cosa es que a lo mejor no tienen la calidad necesaria para hacerlo. Y aquí tenemos otro problema. Si estos jugadores del Plan B no nos sirven habrá que traer otros. Lo que pasa es aquí pasa como en la boda de Lolita, que no se va nadie. Y claro, si dependemos solo y exclusivamente de los que sí aportan llegan las lesiones y pasa lo que pasa. Pasó con el Choco Lozano y Negredo, que sin ellos el gol es un utopía. Pasó con José Mari y ahora Akapo y el Pacha Espino. Pues habrá que echarse a temblar porque si se caen los primeros espadas y los segundos no dan el rendimiento que de ellos espera el míster, pues vamos apañados. Si Cervera no cree o no confía en varios de sus hombres hay que darles salida como sea. Hay que tener en el banquillo gente que aporte, gente en quien confiar, no gente a los que rezarle a la Virgen para que les salga un partido a la altura de lo que se espera.

Porque visto lo visto, y analizando las palabras del entrenador tras caer en Gerona, la posición actual y la campaña del Cádiz es uno de los mayores milagros del fútbol mundial reciente y no tan reciente. Al equipo hay que apuntalarlo. No lo digo yo, lo dice el entrenador. Porque si no se hace se corre el riesgo de que se sigan rompiendo los puntales y todo esto se caiga como un castillo de naipes. Que sí, que es difícil porque se lleva una buena renta de ventaja y parece que (ojo, sólo a día de hoy) hay tres equipos bastante peores que el Cádiz y que huelen a Segunda. Y si no hay fichajes, tiene que haber compromiso. Y si no hay calidad, se tiene que suplir con casta. Porque si tampoco hay casta nos acordaremos de otras castas. Que remando juntos esto acabará bien. Muy bien.

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