Ayer domingo

No es fácil calibrar el poder temible que tiene un ciudadano con un voto en la mano

Escribo ayer sábado para un lector de ayer domingo. Donde ya ha pasado todo. Me refiero a todo lo que de nosotros cabe, que fue votar, votar masivamente, libremente. Lo que hemos creído mejor para este tiempo, esta Andalucía. A nadie debemos dar explicaciones de nuestro voto ni de sus porqués. Debemos aprender definitivamente a votar lo que nos dé la gana. Esa es la verdadera democracia: libertad de voto, respeto escrupuloso a las leyes de la Democracia. Así que si no has votado, ni siquiera termines de leer lo que quiero decirte, ponte en pie y camina a tu colegio electoral, guarda la cola, ve a la urna y vota. Luego vuélvete y, como dijo el poeta, ve de tu corazón a tus asuntos. Es domingo, no hará mal tiempo. Pasea por la Isla a la que en pocos días va a llegar el tren tranvía por la calle Real. Toma nota íntima de lo que veas porque van a llamarnos de nuevo dentro de pocos meses para votar de nuevo. Para elegir al nuevo gobierno que tomará posesión del imponente Palacio Municipal de la Plaza del Rey. Rehabilitado, restaurado, modernizado. Un verdadero centro de gobierno, una herencia magnífica de otras generaciones, otros hombres y mujeres que hicieron posible la prosperidad de este territorio insular junto a la maravillosa ciudad de Cádiz.

En términos de herencia, Patricia Cavada, te interpelo: ¿Qué herencia quieres dejarnos, cuál es tu gran ambición? Digo Patricia Cavada porque es la alcaldesa hasta junio, si no revalida, si los ciudadanos no la votan o Fran Romero decide otra cosa, si los isleños le damos otra vez ese plus de decisión a un perdedor. A Loaiza me refiero igualmente con la misma pregunta: ¿Qué quieres hacer de nosotros, qué quieres hacer con nosotros, qué quieres hacer para nosotros? La política, finalmente, son estas preguntas. Y la respuesta a estas preguntas definitivas estará esta noche en el interior de las urnas de San Fernando y de toda Andalucía. Porque queda mucho, lo sabemos todos, mucho por hacer, mucho por construir. Y sobre todo queda la confección de la voluntad, la inmensa tarea de hacernos más fraternos, comprensivos, ciertos. La vejez es un discurso moral, me estoy dando cuenta. Pero qué si no decir para mañana lunes desde este hoy domingo en que Andalucía se renueva la piel, se pone en pie, camina a su inmediato futuro. Que tiene que ser para todos, sin excepción. O no lo será.

No es fácil calibrar el poder temible que tiene un ciudadano con un voto en la mano. En el voto está lo que vaya a ser de nosotros. Es nuestro momento. Hoy es nuestro momento. No lo dejemos pasar, subamos a este verdadero tren del futuro. Votemos.

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