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Análisis

José Joaquín León

Apuros por costumbre

Poco a poco, Álvaro Cervera ha introducido novedades que le han dado resultado

El Cádiz volvió a ganar, merecidamente, después de un completo primer tiempo, aunque estuvo a punto de estropearlo en el segundo. Casi les pasa factura la maldita costumbre de encerrarse y jugar a pelotazos, cuando van ganando. Al Cádiz le faltó, una vez más, acierto en ataque para obtener una victoria clara. Bastó un gol de Carrillo, a la media hora, al cabecear un saque de esquina bien lanzado por José Mari, para ganar. Gracias también a la incapacidad del Reus en ataque. Con las dos victorias consecutivas, debe volver la tranquilidad que faltó en muchos minutos del segundo tiempo.

Poco a poco, Álvaro Cervera ha introducido novedades que le han dado resultado. Entre ellas cabe mencionar la inclusión de Álex Fernández, que junto a José Mari y Garrido, cada uno en su estilo, equilibran mejor el centro del campo y permiten incluso dominar al rival. También ha sido exitosa la titularidad de Lucas Bijker, que además de cortar suele entregar el balón a uno de su equipo; e incluso apoya a Alvarito y aporta centros con peligro. En la punta apostó por Carrillo, que pelea sin ahorrar esfuerzos.

En la primera parte, el Cádiz debió sentenciar el partido. Dominaba, era mejor, y encerraba al Reus. Se olvidaron de los pelotazos, con otra forma más agradable de jugar. Salvi tuvo dos oportunidades en las que no acertó. Carrillo marcó en un saque de esquina. Antes de ese gol hubo otro. Tras un envío cruzado de Bijker, el balón traspasó la raya, apenas un instante, pero lo suficiente. Con el VAR hubiera sido gol. El árbitro Prieto Iglesias y su auxiliar se comportaron como si estuvieran en el bar y no lo vieron. Por el contrario, en la segunda parte, vieron un fuera de juego de Carrillo que no era, una jugada en la que se había quedado solo. Dos errores que perjudicaron gravemente al Cádiz y le complicaron el partido.

Aunque las verdaderas complicaciones se las buscó el propio Cádiz. Tras el descanso, pasó lo de otras veces. Cerrojazo y tente tieso. A eso llaman intensidad cuando quiere decir miedo. Y hubo suerte. Si no les empataron, como la Cultural Leonesa, fue porque el Reus también es un equipo con dificultades para marcar. Sólo tuvieron una ocasión, en la que el balón se estrelló en el travesaño.

La defensa amarilla rechazó bien en los constantes ataques que sufría. Lamentable hundimiento (de mentalidad y también físico) de un Cádiz que se había mostrado muy superior en la primera parte. Se agotaron, como es normal cuando se corre detrás de un balón. Las aportaciones de Perea, Dani Romera y Moha no sirvieron para crear jugadas de gol, pero sí para alejar el peligro en los últimos minutos. En los cinco de prolongación, que regaló el generoso colegiado, el balón apenas estuvo en juego. Una habilidad que otras veces no ha empleado el Cádiz.

Ganaron con más apuros de los que parecían necesarios tras el buen primer tiempo. Con capacidad para rematar y para no encerrarse, la victoria hubiera sido más cómoda. Al final, lo que cuenta es la victoria, también es verdad. El Cádiz, tras ganar al Almería y el Reus, ha llegado a los 20 puntos y se acerca a los de arriba. A ver si continúa la racha.

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