El Alambique

Juan Clavero

jclaverosalvador@gmail.com

Política ficción

Se habla mucho de la mala suerte que tenemos en El Puerto con los políticos locales. Lamentablemente, cada vez se pierde más el concepto de la Política con mayúsculas, el dedicarse durante un periodo de la vida al servicio público, a mejorar ciudades, pueblos y la vida de las personas.

La política se está dejando a mediocres, a los que no saben hacer otra cosa y medran en los partidos para buscarse un puesto en las listas. El dedazo sigue siendo la forma de designar candidatos en algunos partidos, y para eso no sirven los méritos profesionales ni la buena gestión.

Se encumbra a personajillos que ignoran las más mínimas normas éticas, que les da igual no hacer nada, porque lo que importa es aparentar que se hace, y así mantener cargo y sueldo. Y para eso están las redes sociales. La hiperactividad en redes es directamente proporcional a la incompetencia política. Es como un nuevo principio de Peter. Quien tiene la necesidad de repetir hasta el paroxismo lo bien que lo hace, es porque lo hace fatal.

Pero lo más grave es que pagamos por partida triple la incompetencia. Por un lado, los elevados sueldos de los políticos; por otro a los asesores que se dedican, no a aportar para la buena gestión, sino a intervenir en las redes sociales, a veces de forma encubierta, para defender a quien lo ha elegido a dedo y para desprestigiar a los críticos. Los ineptos necesitan una corte de aduladores, pagados también con dinero público, que terminan por hacerles creer lo bien que lo hacen. Cuando estos politiquillos dejen sus cargos, se disolverán en la nada.

El ayuntamiento de El Puerto de Santa María es un buen ejemplo del nivel de degradación de la política. Sus dos máximos responsables dedican más tiempo a difundir en redes sociales lo bien que gestionan y la de cosas que hacen, que en hacerlas. Si fueran ciertas las afirmaciones de estos dos “preparados”, El Puerto estaría de lujo.

Ninguna de las promesas de Beardo se han cumplido. Ha enterrado el aparcamiento de Pozos Dulces que iba a inaugurar en seis meses. ¿Bajada de impuestos? No ha sabido ni hacer un presupuesto. El que no iba a subirse el sueldo, ha utilizado una triquiñuela fraudulenta para pasar de 47.933 euros a 64.587 euros al año. Con dedicación exclusiva en Diputación, pero ni aparece.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios