La economía circular se basa en un modelo de producción y consumo que implica compartir, reutilizar y reciclar materiales y productos todas las veces que se posible para crear un valor añadido. Es aumentar el ciclo de vida de los productos. Su objetivo principal es relacionar aspectos ambientales, económicos y sociales para generar empleo y reducir al máximo la generación de residuos. Yo me retrotraigo a la niñez y pienso que eso de la economía circular, sin este nombre claro está, la inventó mi madre. Sin mucha filosofía, pero con la realidad de tener que apañarse con lo que había. Todo se reutilizaba y reutilizaba, nada se tiraba y por consiguiente había un ahorro económico, pero también se ayudaba a conservar el medio ambiente y se reciclaba, aunque evidentemente no se tenía ni idea de esos términos. Pero ahora es la realidad que nos toca. Con esto de la Agenda 2020-30, con la Economía Circular ¿se pretende volver a los tiempos de antes? ¿Estamos descubriendo que el progreso también nos ha llevado al retroceso? Pues probablemente. Aunque lo queramos tapar con otros nombres que no algunos no entendemos. Y la administración está obligada a investigar, indagar e intentar realizar unas ciudades saludables para que los ciudadanos seamos más felices. Sí, porque con un medio ambiente menos contaminados, con ciudades con distancias cortas que no tengamos que utilizar el vehículo, con ciudades con servicios públicos junto a nuestras casas, todos tendremos una mejor salud y seremos un poco más felices.

Estuve escuchando el pasado martes una mesa redonda, en la Fundación Felipe González, denominada "Cuadrar el Círculo": propuestas para poner en marcha la economía circular, donde F. González intervenía con tres expertos. Uno de ellos era arquitecto y empresario de la construcción y hablaba sobre cómo es la construcción la empresa que más contamina el medio ambiente, y explicaba las medidas que su empresa llevaba a cabo para reducir el efecto contaminante en la construcción de edificios. Nuestra ciudad, a través de su gobierno municipal, está desarrollando unas jornadas con expertos urbanistas (por cierto, criticada con fuerza por la oposición, pero no han asistido a ninguna de las jornadas), que exponen cuales son las actuaciones que han de realizarse para las ciudades que debemos dejar a nuestros hijos y nietos. Me atrajo la conferencia de Salvador Rueda sobre la supermanzana y la de este miércoles sobre la movilidad, del experto Manuel Calvo. Nos estaban situando en las ciudades que vivíamos, sobre todo los más mayores, en nuestra niñez. La gran manzana que teníamos en los barrios, la compra cercana, el colegio cercano, el médico cercano, el barbero cercano, el zapatero cercano. Todo reutilizable, sin necesitar vehículo ni transporte. Les puedo asegurar, que cuando nos hablan sobre la economía circular, sobre la Agenda 2020-30, en un lenguaje (se quejaba F. González de la utilización de términos difíciles de entender) que todos entendamos, nos sumaremos a estas iniciativas que nos hagan sentirnos en nuestros pueblos y ciudades más felices. Y tenemos que felicitar a nuestra ciudad por sumarse a esta iniciativa.

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