Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Desde que se decretó el estado de alarma, hace 75 días, han pasado muchas cosas. La peor de todas, las muertes por las que ahora guardamos luto nacional. Durante este período, nuestro estado emocional ha pasado por el asombro, la solidaridad, la ingenuidad de creer que saldríamos más fuertes y renovados, la irritabilidad, la búsqueda de culpables, el escepticismo, la impaciencia por la vuelta a la normalidad… Y aquí es donde me detengo, en esta “normalidad” a la que queremos volver.

Está claro que todos ansiamos abandonar el ostracismo social, ganar la calle de nuevo como latinos que somos, abrazar, dejar de tener miedo al otro. Pero si seguimos con los mismos vicios adquiridos antes del gran susto, volveremos a caer en situaciones semejantes. El programa de medio ambiente para la ONU advierte de que alrededor del 75% de las enfermedades infecciosas emergentes son transmitidas por los animales (ébola, gripe aviar, MERS, virus del Zika, el coronavirus que causa el COVID-19…) y todas están vinculadas a los cambios en el medio ambiente como resultado de actividades humanas que provocan alteraciones en el uso del suelo y el clima. La reducción de la biodiversidad las favorece, mientras que la integridad de los ecosistemas puede ayudar a regularlas. La diversidad de especies hace que sea más difícil que un patógeno se extienda, amplifique o domine.

Estábamos advertidos y, sin embargo, ahora parece que miramos hacia otro lado. ¿No hemos aprendido nada? Esa vuelta a la normalidad no puede traducirse en retomar las emisiones de gases contaminantes y el consumo compulsivo e insostenible. La ONU dice: “No actuar ahora es fallarle a la humanidad. Protegernos de futuras amenazas mundiales requiere un manejo sólido de los desechos médicos y químicos peligrosos; administración sólida y global de la naturaleza y la biodiversidad; y un claro compromiso de "reconstruir mejor", crear empleos verdes y facilitar la transición a economías neutras en carbono. La humanidad depende de la acción ahora para un futuro resistente y sostenible”. Cada gesto cuenta, vamos a cambiar de hábitos: muévete en bici, reutiliza, respeta la naturaleza, apoya el comercio de barrio…

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