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Análisis

José Joaquín León

Absoluta incapacidad

La inutilidad del Cádiz para marcar goles viene derivada de haber fichado mal

Con este empate a cero goles, el Cádiz se consolida en la zona innoble de la clasificación: puesto 20. Costará mucho esfuerzo y trabajo salir, si es que salen. Al equipo se le vio una actitud más positiva, con más ganas, y puede que con mayor solidez atrás. Se notó el regreso de Garrido junto a José Mari y el debut de Sergio Sánchez. Pero están condicionados por la inutilidad absoluta para marcar goles, que viene derivada de haber fichado mal, y no sólo por las lesiones. En todo el partido el Cádiz sólo dispuso de tres ocasiones. Si a eso se añade el miedo a perder de los dos equipos, el 0-0 final fue la consecuencia irremediable,

El Cádiz volvía a Carranza después del partido de Copa en Zaragoza que le valió la merecida clasificación. Esto se notó en algunas variantes, como Brian en el lateral izquierdo, y el recurso de Manu Vallejo como delantero de emergencia, mientras que Aketxe seguía arrancando desde la derecha, turnándose con Álex.

Al equipo se le vio más sólido en la zona defensiva con Sergio Sánchez, un central que acreditó experiencia y ganas de afianzarse en la titularidad. Pero, como últimamente casi todo sale mal, el otro central, Kecojevic, se lesionó en un brazo al cuarto de hora, en una caída a lo Messi, y no pudo resistir más allá de la media hora. El típico cambio por lesión en la primera parte de casi todos los partidos.

El Sporting empezó repartiendo leña siempre que podía. El árbitro Soto les permitía todo para defender los saques de esquina. En uno estuvo a punto de marcar Garrido, pero su cabezazo lo detuvo el portero. Fue la única oportunidad en todo el primer tiempo.

El Cádiz no creaba peligro, a pesar de que Manu Vallejo lo intentaba con buena voluntad. Pero le cerraban los espacios que encontró en Zaragoza y él no es un fajador. El extremo Jairo, que se mostró bullidor, no conseguía culminar lo que apuntaba. Y menos mal que el árbitro anuló un gol dudoso al Sporting,que pudo complicar aún más el partido.

El Cádiz puso interés para ganar en el segundo tiempo. La mejor oportunidad de la noche la tuvo Jairo, que se quedó solo ante el portero Mariño, se preparó el remate y lo estrelló en el muñeco. Lamentable torpeza. La otra oportunidad del Cádiz la creó Salvi, precisamente su sustituto, pero fue menos clara. Después Cifuentes, con una buena parada a chut de Sousa, evitó una victoria del Sporting, que no se la merecía.

Fue un final de quiero y no puedo. El Cádiz acusó el cansancio, pero el Sporting había jugado un día después y con prórroga, así que no vale como excusa. La ineficacia se debe sobre todo a que no hay un delantero goleador, ni medio goleador siquiera. Algo que se sabía desde la pretemporada. Cordero fichó a Mario Barco y Lekic para esa posición. Las cosas no están pasando por casualidad.

Al Cádiz le queda una dura tarea por delante. Aquellas utopías de pelear por los puestos altos hay que olvidarlas. Esta vez, de verdad, sí que nos debemos conformar con los 50 puntos. De momento, sólo han conseguido 8; les faltan 42, y ya se ha visto que no es sólo un problema de querer, sino también de poder alcanzarlos con una delantera insulsa.

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