Cartel de lujo en la tarde del miércoles en "El Grullo", la finca ganadera de Joaquín Núñez del Cuvillo en Naveros, tres toreros en el redondel.

Pero tres toreros de siempre, lo que se dice clásicos, sumando un montón de años de alternativa y muchos toros matados: Francisco Ruiz Miguel, José Ortega Cano y Juan Antonio Ruiz "Espartaco", que entrenan de cara a su actuación en Villaluenga del Rosario el próximo 6 se septiembre, "El santuario del toreo" y lugar de peregrinación de muchos aficionados en busca de los diferente.

Lo clásico funciona siempre. El tentadero es un éxito para el ganadero, para los toreros y para los aficionados que asistieron. El ganadero analiza el comportamiento de las becerras, que con toreros como estos muestran todos sus matices. La libreta -otro elemento clásico del toreo- echa humo en el puente de mando de la casa.

Un éxito para los toreros, que muestran sus armas lidiadoras y encuentran sitio arrimándose muy cerca de las becerras: el conocimiento y raza de Ruiz Miguel; los brillos estéticos de Ortega Cano y la prodigiosa técnica de Espartaco... y Daniel Duarte bordándolo en la brega; Canal Sur graba el acontecimiento.

Y una satisfacción para los invitados, que en ocasiones como esta paladean el buen hacer de los toreros, con goces de gourmet. La familia Núñez del Cuvillo compagina hospitalidad con afición. Desde Cádiz, Paco Cuvillo, Juan Reyes, Guillermo Boto, José Luis Sánchez de Lamadrid, Eduardo Lumpié y Miguel Polanco. De Algeciras, Javier Salazar y Antonio Peña Malpartida; de Sevilla Antonio y Víctor "Espartaco".

Y sabia nueva del toreo, también se ponen delante de las bravas becerras de la casa Javier y Luis Salazar Álvarez, alumnos de la escuela de Espartinas, que como hijos de un aficionado como Javier Salazar, nietos de un ganadero como Manuel Álvarez y sobrinos de Ruiz Miguel, llevan la afición en la masa de la sangre. De Cádiz Fran Gómez, que recientemente ha pasado al escalafón profesional debutando con caballos en El Puerto.

La tarde cae y termina el tentadero. Tiempo de tertulia, los toreros bromean y en los cerrados reburdean los toros que guardan las embestidas para Villaluenga.