Tenían que ser 7…
Cómics
Un nuevo capítulo de la terrorífica saga ‘Mitos del huerto de los huesos’ llega a las librerías de la mano de Lemire y Sorrentino
La pareja artística del canadiense Jeff Lemire (en este caso como guionista) y el dibujante italiano Andrea Sorrentino llevan tiempo uniendo sus talentos para regalarnos buenas historias, ya sea dentro del espectro mainstream del mercado norteamericano, revitalizando al arquero esmeralda, Green Arrow, narrando las andanzas de un Lobezno geriátrico, pero no menos letal, o mostrándonos el perfil más horripilante del Hombre que ríe, el Payaso del Crimen, Joker.
Pero la libertad absoluta que concede trabajar para una editorial independiente ha hecho que este singular dúo se haya reunido de nuevo para regalarnos historias tan potentes y conmovedoras como Primordial, donde sabremos que esa perrita que viajó al espacio no falleció, y conoce más de un secreto de otros habitantes del vasto universo…
Y de ahí, el Terror con mayúscula, llevándonos de la mano a Gideon Falls, una población en la que comienzan a suceder extraños sucesos que harían helar la sangre de cualquiera, y que parecen tener mucha relación con cierto granero que más vale no pisar nunca.
Tan buena sintonía han tenido estos dos grandes nombres de la viñetas que la fértil imaginación de Lemire parió un proyecto de grandes dimensiones, tal vez uno de los más ambiciosos de su carrera artística, y también enmarcado dentro del género de terror. Su titulo es Los mitos del Huerto de los Huesos, y se compone de varios relatos, publicados en diferentes formados, que comenzó con un Preludio en el que el misterio, el suspense y lo desconocido hacían su aparición para lanzar a su protagonista a un pozo horripilante.
Y de ahí, en El pasadizo, un joven miembro de la Sociedad Geológica Canadiense llega a un islote donde un solitario faro se levanta. Pero en este lugar apartado del mundo hay algo más, un enorme agujero, cuya oscuridad esconde más de un secreto, recuerdos que duelen en el alma.
En el tercer capítulo de la saga, titulado Diez mil plumas negras, conoceremos a Trish y Jackie, dos amigas del alma, que poseen una fértil imaginación y que, sin percatarse de ello, van a trasladarse a ese lugar que existe al otro lado, del que en anteriores capítulos hemos avistado imágenes que nos helaron la sangre.
Y ahora, ávidos como estábamos de conocer mucho más de este oscuros mitos, llega una nueva (¿tal vez la última?) entrega de la saga, El Bloque, en el que un edificio de pisos será el epicentro del argumento, protagonizado por esos ‘siete’ que dan título a esta reseña. Todos ellos habitan en este lugar, algunos se conocen entre sí, otros tan solo se han mirado de reojo en el ascensor, susurrando un casi inaudible “buenos días”, pero poco más…
Son Isaac, un niño curioso, que parece presagiar que algo ominoso está a punto de acontecer en este lugar, parado frente a ese árbol, cuya seca y ennegrecida corteza y ramas parece esconder secretos e imágenes de cosas que no deberían estar ahí.
Su madre, Amanda, médico que trata de tener un equilibrio entre su vida profesional y cuidar a su hijo, al que ve bastante poco, hecho este que la preocupa especialmente.
Justin, un dealer, joven camello que pasa los días en la calle, vendiendo droga a los chavales del patio y que secretamente está enamorado de Tanya, una chica con mucho carácter cuya pasión es la música, pero cuya relación directa con Justin es, en principio, tan solo ‘comercial’.
Bob ha echado a perder su vida por culpa de su ludopatía, una obsesión por el juego que ha hecho que deba ingentes cantidades de dinero. Hecho este que oculta a su enferma esposa, que reposa en una cama, esperando el inevitable final.
Gary, un solitario y bastante desagradable tipo que trabaja en un parking, y ve pasar las horas, enclaustrado en su garita, sin nadie a quien poder hablar, lo que ha hecho que su carácter y formas se agrien.
Y finalmente, la persona que se convierte en el motivo, el inicio de esta historia de terror que involucra al grupo de vecinos. Felix es un anciano que tan solo ha hablado de vez en cuando con Isaac, sus palabras parecen tener un significado especial, pero el chaval no va a poder preguntar ya que este muere, dejando su apartamento abandonado.
Justo aquí, en el momento en el que se cruce una puerta, comenzará un descenso al infierno, pero si en el de Dante eran diferentes círculos, aquí el descenso será tratando de bajar pisos, hecho este que no va a resultarle nada fácil a los protagonistas, ya que en ellos se van a encontrar con seres sin rostro, unos enmascarados que ya conocemos, pesadillas que no les son ajenas y unos paisajes y peligros que harían encanecer a cualquiera…
¿Todo lo que ocurre es un plan preconcebido? ¿Podrán llegar a la salida, a la calle? ¿Qué secretos se esconde en el pasado de Felix?
Para conocer todas estas respuestas, y algunas más, tan solo tenéis que entrar, sumergiros en los misterios de El Bloque.
Buena suerte…
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