Cultura

Un siglo con muy buena salud

  • Una gaditana que cumple la centuria el mismo año que el coliseo visita el teatro

"No, ya no me acuerdo, qué grande, y el techo, mira qué bonito. Yo estuve una vez con mi marido, hace ya, no sé, por lo menos 40 años, vinimos al cine. Pero no me acordaba de nada". María Fernández, nacida en Medina Sidonia y residente en Cádiz desde hace más de 50, cumple un siglo en 2010, igual que el Teatro Falla. No tiene muchos recuerdos de ese recinto en el que sólo estuvo una vez, antes de ahora. Después de tanto, vuelve a visitarlo con el Diario, acompañada por su hija Pilar y su nieta Carola. María, tan menudita y nerviosa, se ha puesto guapa para la excursión y posa como una profesional, como si llevara meses esperando esta oportunidad. "No me acuerdo, no me acuerdo", repite, pero avanza recta y decidida por los pasillos del coliseo, ajetreado con los preparativos para el espectáculo del Ballet Nacional.

-¿Pero le gusta a usted ir al teatro, al cine?

-Bueno, yo nunca he sido muy de salir, y ahora menos, claro. Hombre, de vez en cuando, a tomar el solecito.

-Abuela, como el otro día, que estuviste viendo la Bahía.

-Ah, sí. Estuvo precioso.

En realidad, lo que le gusta a María es leer. "Lee un libro al mes, desde siempre -apunta su hija, porque aparte de un temblor, su madre oye muy mal-, tiene el carné de la biblioteca y todo ¿verdad mamá?". María asiente: "Leo el Diario también todos los días, me gusta leer las noticias". ¿Y de libros? "La historia, me gusta la historia". Ha disfrutado últimamente con el libro de Pilar Urbano sobre la reina, "Pasión india le encantó -comenta su hija- y la historia de la duquesa de Alba. Una de las veces que fue al médico, mi madre le preguntó como tenía la sangre, y el médico le contestó: azul, María, de tanto leer libros sobre la nobleza".

"Yo he pasado mucho", resume como titular cuando se le pregunta por su larga vida, "fíjese que mi madre murió en el parto al tenerme a mí, me crié sin madre, a cargo de una tía que no vea... eso sí, me casé con un hombre muy bueno y muy guapo, que me quería mucho, y he tenido una familia estupenda". María tuvo siete hijos, 30 nietos, muchos biznietos... En Medina primero, y luego en Cádiz, trabajó siempre de costurera en casas particulares, y ha seguido cosiendo hasta muy poco. "A nosotros nos ha cuidado y hasta nos ha hecho la ropa", cuenta su nieta.

¿El mundo de hoy? "Está peor que antes -asegura sin dudar-; antes había más respeto, los novios, y los hijos con los padres. La gente es más descará, pero vamos también hemos pasado mucha hambre". ¿Con su marido? "Estupendamente, yo nada más que he querido a mi Pepe y no he mirado a ningún otro hombre. Era muy guapo", insiste. Aunque luego se le escapa una risa: "Recuerdo que mi marido compró un nicho en propiedad para que descansáramos juntos cuando nos muriéramos. Y allí me está esperando: desde hace 35 años". María es de las mujeres que ya no se fabrican: "Con 90 años me atropelló una moto, y en el barrio ya estaban enterrándome, el médico me dijo que el hueso del brazo no me iba a soldar, y a los dos meses, cuando iba por la calle, la gente pensaba que veía un fantasma". Para su cumpleaños, un deseo: "Me gustaría que viniera a verme la alcaldesa ¡y que me trajera un regalo!"

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios