Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Cultura

El rastro del primer establecimiento de retratos

  • Rafael Garófano recorre en un monográfico que presenta mañana la presencia de G. W. Hasley en la capital gaditana

El historiador Rafael Garófano.

El historiador Rafael Garófano. / lourdes de vicente

Primero, dice Rafael Garófano, fue el cine. Su afición por el mundo de la imagen llegó "a través del cine club de la Universidad de Salamanca, a finales de los 60 y principios de los 70". Cuando regresó a Cádiz, las ganas le llevaron incluso a montar un cine club en San Fernando: "Existe un dicho que dice que a todo investigador, le das tiempo, y se convierte en un arqueólogo", comenta. Así que, ante la pregunta "¿Y esto de dónde viene?", Garófano llegó a la historia de la fotografía y armó su tesis sobre la historia de la imagen en general.

El primer establecimiento de retratos fotográfico de España: Cádiz, 1841, el libro publicado por Diputación que presenta mañana en el Palacio Provincial, mueve al asombro ya en el propio título: ¿Cádiz? ¿Las innovaciones no llegaban vía Madrid o Barcelona?. "Habiéndose inventado el daguerrotipo en París, la secuencia lógica hubiera sido, en efecto, Barcelona-Madrid-Sevilla-Cádiz - afirma Rafael Garófano-. El recorrido que hizo llegar el daguerrotipo a España fue, sin embargo, diferente: de París a Nueva York; de ahí, a La Habana y de Cuba, a Cádiz". Rafael Garófano había detectado hace tiempo que existió "un fotógrafo norteamericano que había trabajado en Cádiz durante los primeros estudios del daguerrotipo", y que las fechas que se daban de su aparición en Barcelona -que se consideraban las primeras a nivel nacional- eran posteriores que las que aparecían en los registros gaditanos.

El norteamericano trabajó en la esquina de Buenos Aires con San Antonio en 1841

"El gran objetivo, que se hizo de rogar, con la aparición de la fotografía era la obtención de retratos -explica el historiador-. Una técnica muy difícil porque se necesitaba una larga exposición". En la época, se experimentaba de continuo sobre dos cuestiones principales: la lente y la emulsión fotoquímica. "Investigadores de la Universidad de Nueva York, por ejemplo, realizaron mejoras en el modelo básico del daguerrotipo, pero no con la calidad suficiente como para poner un estudio y cobrarle a la gente -desarrolla Garófano-. Tuvo que ser un protésico dental, Wolcott, el que desarrollara una especie de cámara oscura, en cuyo fondo ponía una placa de unos pocos centímetros, y conseguía retratos muy buenos. Casualmente, se encontraba por allí un pendolista (profesor de caligrafía), llamado G. W. Halsey, al que le llama la atención el invento, se compra una cámara y se aficiona". Este Halsey será quien establezca en La Habana el primer establecimiento de retratos fotográficos de Latinoamérica, y el que lleve justo después la técnica hasta Cádiz: un trabajo, apunta Rafael Garófano, que desarrollará "en las azoteas, porque necesitaba muchísima luz". En nuestra ciudad, en concreto, se establecerá en la finca que hace esquina entre la plaza de San Antonio y la calle Buenos Aires.

Tras su estancia en Cádiz, en diciembre de 1841, Halsey recalará en Barcelona - "Si hubiera escogido Madrid, hubiera hecho muchísimo dinero, porque no había nada parecido en la capital"-, donde se produce el encuentro entre la técnica norteamericana y la francesa ya desarrollada.

"Hay que tener en cuenta que, en esa época, el retrato fotográfico era algo muy caro: la técnica del daguerrotipo estaba destinada a la aristocracia y la alta burguesía -continúa-. Tanto es así, que la posibilidad de multiplicación de la imagen va a dar entrada a clases sociales enteras: eso no ocurrirá hasta 1860, cuando se popularice la técnica de Disdéri, la llamada cartomanía, con esas fotografías pequeñitas que se hacían por cuatro, a partir de un negativo".

"En un mundo tan saturado de imágenes como el actual -comenta al hilo-, es muy difícil hacernos a la idea de la carestía al respecto de hace siglo y medio: las imágenes eran siempre las mismas, que se repetían una y otra vez, con distintos procedimientos".

El estudio que Rafael Garófano desarrolla en El primer establecimiento de retratos fotográfico de España no surge, sin embargo, a iniciativa individual -señala el historiador- sino como propuesta de la Asociación Cádiz Ilustrada, "desde donde también proyectábamos que se colocara una placa conmemorativa en la finca de San Antonio, una idea que se echo atrás en la comisión de patrimonio y que, por ahora, está en el limbo".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios