Cultura

Un proyecto trata de descubrir la historia de la Torre de Botafuego

  • El edificio, medieval y situado en el Monte de la Torre de Los Barrios, se somete a una restauración que se completará con una investigación arqueológica que pretende aclarar su cronología exacta

La Torre de Botafuego, en el Monte de la Torre de Los Barrios, está rodeada de misterio. Esta puede ser una licencia algo poética, puesto que el misterio proviene de la ausencia de información. Existe consenso en que se trata de una construcción medieval, pero su cronología concreta se desconoce. Tampoco, por lo tanto, se puede garantizar a qué historias y acontecimientos asistió hace siglos. Podría ser uno de los edificios más antiguos y mejor conservados de la comarca y más aún del entorno de la Bahía.

Que la Torre de Botafuego se encuentre bien conservada no quiere decir que no se halle deteriorada, que es el caso. Por ello, y para tratar de despejar algunas de las incógnitas que plantea la referida falta de datación, en la actualidad la construcción se somete a un proceso de restauración que lleva aparejada una intervención arqueológica. El proyecto, de 57.400 euros con financiación de la Unión Europea, está promovido por la delegación provincial de la Consejería de Cultura, con el apoyo del Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG).

El edificio presentaba una serie de patologías muy específicas, que son sobre las que se van a llevar a cabo las intervenciones puntuales. Estaba aquejado, por ejemplo, del denominado asiento diferencial, un problema que ha causado una fractura en su fachada principal. Esta circunstancia se agravó desde hace algunos meses por el impacto de un rayo, que agrietó la esquina noroeste (la cara opuesta). Para paliar esta deficiencia se aplicarán unas grapas de acero inoxidable.

Por otra parte, se van a recuperar dos pequeñas bóvedas de la planta superior y se arreglarán desprendimientos de las esquinas a causa de las raíces de unos acebuches. También se va a reponer una ménsula destrozada en 2004. Las ménsulas son el soporte de las ladroneras, una estructura de defensa vertical, situada en el terrado y que enfila los vanos de la fachada. Quedaba una suerte de pequeño balcón sin base, por los que arrojar elementos para impedir el acceso de posibles enemigos. Para redondear la actuación, se procederá a cerrar la torre con carpintería de chapa, a fin de evitar que continúe abierta y, en consecuencia, expuesta a la acción de posibles vándalos.

Los expertos sitúan el origen de la Torre de Botafuego en cualquier momento del Medievo. Podría haberse levantado en un principio temprano andalusí o en la etapa de la repoblación una vez conquistada la zona. Para intentar arrojar luz sobre esta cuestión se va a desarrollar también el sondeo arqueológico. El objetivo sería poder determinar la cronología del edificio a través de algún medio indirecto, como cerámicas, monedas, etcétera.

El proyecto de restauración es de la empresa Yamur SL de Málaga, efectuado y dirigido por los arquitectos Pedro Gurriarán Saza y Salvador García Villalobos. La dirección técnica corresponde a Luis Rozo y el historiador Ángel J. Sáez, director del Instituto de Estudios Campogibraltareños, se ocupa del asesoramiento. La intervención arqueológica estará dirigida por Rafael Jiménez-Camino. Se calcula que todos estos trabajos ocuparán hasta el mes de agosto.

Ángel J. Sáez y Pedro Gurriarán -también miembro de la sección Primera del IECG- han firmado un artículo sobre el edificio para la revista Caetaria, que edita el museo municipal de Algeciras. "La Torre de Botafuego -detallan- se inscribe entre las que disponen de función residencial, defensiva y de control del territorio. Se trata de una categoría de edificios medievales que reúne obras de diferente tipología y escasamente conocidos, dado que apenas se cuenta con documentación archivística o datos cronísticos que los expliquen, además de no haber sido nunca intervenidos arqueológicamente. En ella se incluyen, además, en el Campo de Gibraltar, las torres de los Adalides y del Arroyo del Lobo (Algeciras), Almoraima (Castellar), Del Rayo y Torregrosa (ambas en Tarifa). No formaron estrictamente parte del sistema de vigilancia y defensa costera, aunque sus terrados fueron adecuadas plataformas para la vigilancia, dado que en todos los casos se ubican en prominencias del terreno con amplio dominio visual del entorno. Su origen y desarrollo histórico se encuentran sumidos en la oscuridad por falta de datos objetivos y contrastados".

Ambos autores recuerdan que Gómez de Avellaneda propuso además una función "de recaudación de derechos de paso". "El carácter de frontera de estas tierras durante siglos y la exposición de los campesinos de la fértil vega del Palmones a las cabalgadas cristianas la justifica. Desde 1344 bien pudo ejercer similares funciones aunque en el bando contrario. Téngase presente que la frontera no se retira del río Guadiaro hasta 1485 y durante ese siglo y medio pudieron subsistir pequeñas comunidades campesinas en la zona, en torno a los puntos fuertes aún existentes".

"Esta teoría -añaden Sáez y Gurriarán - convive en la actualidad con la defendida por Manuel Acién Almansa, cuyos estudios apuntan a una cronología altomedieval, dentro del proceso de feudalización subsiguiente a la caída del imperio romano y vinculado con el fenómeno de capitulaciones visigodas ante la llegada del nuevo poder islamita. Esta propuesta lleva la data de esta torre a los albores del siglo VIII, ampliando el horizonte de su origen de esta fecha hasta el siglo XIV, según se señala más tarde en relación a la Crónica de Alfonso XI".

La Torre de Botafuego es una construcción a proteger en virtud de su condición de Bien de Interés Cultural (BIC) de acuerdo a las normas de preservación de los castillos y de los elementos de arquitectura militar defensiva. También está escudada por el PGOU de Los Barrios.

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