Cultura

'El pez gordo' se zambulle en las profundidades del alma

  • El Teatro Pedro Muñoz Seca acoge esta noche a las nueve esta obra dirigida por Juan Carlos Rubio y protagonizada por Toni Cantó, Helio Pedregal y Bernabé Rico

Una obra sobre la vida misma en tono ácido, irónico y mordaz. Bajo esta filosofía llega al Teatro Pedro Muñoz Seca de El Puerto de Santa María El pez gordo que, bajo la dirección de Juan Carlos Rubio protagonizan Toni Cantó, Helio Pedregal y Bernabé Rico.

El pez gordo no puede tacharse a la la ligera como una comedia, dado el carácter reflexivo en que se zambulle la obra. Concretamente, en las profundidades del alma humana, sin desechar, eso sí, la carcajada y el sentido del humor.

El trabajo, la amistad, la religión, la familia... en definitiva, la vida misma, convertirán esta obra en una auténtica sesión de psicoanálisis que dará mucho que pensar.

La trama se desarrolla en una suite de hotel en la que se dan cita tres trabajadores de una firma de lubricantes. Phil, un jefe de cuentas cincuentón recientemente divorciado que ha comenzado a cuestionarse sus metas en la vida y en el trabajo; Larry, un hombre enérgico que pasa los cuarenta y que ofrece la imagen viva del comercial agresivo y, por último, Bob, un joven afable e indagador con fuertes creencias religiosas, que acaba de ingresar en el departamento de investigación de la empresa. Una empresa en crisis, cómo no, abocada a la irremediable quiebra, si no logran arrancarle esa noche un suculento acuerdo comercial al presidente de una gran compañía: El pez gordo.

Hasta el momento la obra ha recibido el Premio Cunningham de Teatro de la Universidad de Paul y ha sido objeto de una adaptación cinematográfica que ha producida y protagonizada por Kevin Spacey.

La clave del heterogéneo éxito de esta comedia ácida y mordaz radica en la universalidad de los temas que trata y que cobra un especial sentido en momentos de zozobra económica. La conciliación del triunfo laboral con la honestidad, del deber profesional con la sinceridad personal y de los objetivos corporativos con los valores humanos hacen de El pez gordo, una obra que insufla esperanza a todos aquellos que se han resignado al escepticismo.

En palabras de su director, Juan Carlos Rubio, lo que más le llamó la atención del texto de Roger Rueff, tras una primera lectura, fue el humor desde el que se aborda, tanto en cada una de las situaciones como en la brillantez de sus diálogos. "Al volver a leerla, fueron sus magníficos personajes los que me atraparon. Y, cómo no hay dos sin tres, en una nueva vuelta fue esa sutil y atípica historia de amistad, soledad, desencanto y, por qué no, un atisbo a la esperanza, la que me ganó".

Un texto que tras triunfar en los escenarios de medio mundo ofrece al espectador la oportunidad de "nadar sin guardar la ropa para zambullirnos en las complejas profundidades del alma humana y alcanzar el pez gordo que siempre parece dispuesto a escabullirse", concluye Rubio.

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